A falta de fichajes, buenos son Williots
El sueco marcó el 2-3 en el 87 para ganar un partido loco
Vigo
De un 0-2 a un 2-2 y, cuando el Celta juega sin delantero centro, acaba marcando el 2-3 casi sobre la bocina. Ni el mejor guionista de cine podría escribir un texto con tantos giros de guión como el que tuvo el partido de esta noche. Llegaban apurados ambos equipos solamente con un punto sumado, los dos con dos derrotas como locales y con ciertas urgencias. Por eso el Celta de Rafa Benítez volvió a ponerse el traje de cinco defensas y bloque medio para intentar ser un equipo poco permeable. Y así fue en la primera mitad en la que concedió poco salvo en dos despistes de la línea de atrás. Por contra, el equipo renunciaba a tener el balón pero salía con muchísimo vértigo a la contra. Hacía mucho daño por velocidad y en transición. Y así llegó el pase de quarterback de Iago a balón parado y el gol de cabeza de Unai. Volvía a funcionar la pizarra de Benítez. 0-1 y nervios locales.
Superada la media hora de juego, el Celta presiona arriba y roba en la frontal del Almería, Larsen marca el segundo de un gran disparo. Ya tenía el partido dos ingredientes poco habituales: gol a balón parado y gol de Larsen. El guionista hacía de las suyas. Antes del descanso llegaron dos sustos por despiste que solventó bien Iván Villar. Se llegaba al descanso con un 0-2 que hacía presumir que la segunda parte iba a ser, por fin, tranquila para el celtismo. Nada más lejos de la realidad. Para intranquilidad de los aficionados celestes que ya estaban nerviosos dándole al F5 de su ordenador para ver si el Celta fichaba o no un centrocampista, llegaba un fallo grosero defensivo que le regalaba un gol al Almería. Se encontraba el equipo local un gol casi sin quererlo. Quedaba mucho tiempo y el Celta se había desconectado.
Cuando parecía que el equipo volvía a dar síntomas de recuperación, los locales pasaron de los avisos y sustos al mazazo. Contra de Ramazzani que se va con una facilidad pasmosa de Unai. Pase de la muerte y Arribas marca solo en el área pequeña. 2-2 con más de veinte minutos por jugar. El Celta dudó. Lo hizo tanto y en tantas jugadas que combinaba posibilidades de marcar con posibilidades de encajar. Eran dos boxeadores que bajaron la guardia y se dedicaron a darse mamporrazos y solamente hacer esquiva. Tuvo dos mano a mano claros el Almería para poner el 2-3 y tuvo el Celta dos disparos de Aspas y Mingueza que salvó Maximiano. Y en esa locura que parecía un homenaje a la Panorama y a la París de Noia, cuando el Celta estaba sin delantero y con Willot arriba, parecía impensable que el guión pudiese tener ese giro: centra Manu Sánchez desde la izquierda y testarazo inapelable de Williot que acaba en el fondo de la portería. Era el 2-3. El guionista celeste demostraba su capacidad de sorprender: gol de estrategia, gol de Larsen y gol de Williot. De Burgos Bengoetxea y Pizarro Gómez no quisieron ver, ni en el verde ni en el VAR, dos posibles penaltis por derribo a Manu Sánchez y Aspas que parecían muy claros por televisión. Pero ellos no lo vieron así.
Primera victoria del Celta que rompe su racha, mete en un lío al Almería (tres derrotas como local en tres partidos en el Power House) y le da una necesaria alegría a la afición. Vamos a ver como de contento está Benítez que se quedó sin el tan solicitado centrocampista. Incluso se permitió el lujo de ceder a Paciencia y pasar de tener tres delanteros a solamente dos. Los 40 millones de Gabri Veiga se quedaron en una inversión de 12 en Douvakis y Ristic y Guaita a coste cero. No ha sido el proyecto más ambicioso el del Centenario del Celta como se había prometido. Esperemos que los resultados acompañen y que las lesiones nos respeten. A falta de fichajes, buenos son Williots