Campos celestes en barbecho
Luis Campos no logró cerrar el mediocentro para Benítez
Vigo
Viernes, 00:30 horas. El París Saint Germain recibe, con nocturnidad, el visto bueno del Eintracht de Frankfurt a la operación Kolo Muani. Después de una jornada en la que, a media tarde, estaba cerrado el acuerdo por 70 millones de euros, más quince en variables y la cesión de Ekitiké. Todo parecía en órden y casi cerrado por Luis Campos para darle a Luis Enrique y Mbappé un último regalo en el mercado de fichajes. Pero la negativa de Ekitiké a entrar en la operación e irse a Frankfurt bloqueó la operación. Negociaciones rotas a pocas horas de cerrarse el mercado en Francia y casi a la hora que se cerraba el mercado en Alemania (18:00 horas). Un duro mazazo para Luis Campos y Luis Enrique que parecía complicado que se pudiese resolver. Se puso Campos manos a la obra para intentar reconducir la situación pero todo pasaba por subir mucho la cifra ofrecida. El Eintracht lo dejó claro sobre las 20:30 horas: si quieres volver a hablar, la oferta tiene que ser de 110 millones de euros. Un precio absolutamente disparado y que el PSG no estaba dispuesto a pagar salvo en un momento de desesperación. Antes de la medianoche se alcanzó un principio de acuerdo para que ambas partes siguieron negociando por una cifra próxima a los 100 millones. Cuando llega la oferta ya formal, el consejo de administración de Eintracht se reúne y decide, pasada la medianoche, darle el visto bueno a la operación. Eran más de las 00:30 horas y Luis Campos pudo cerrar la Operación Kolo Muani.
El jueves tampoco fue un día de mucho relax para Luis Campos en París porque estaba mano a mano con el City por una perla del Lyon. Apretaban Txiki y Soriano por Bradley Barcelona y estaban mejorando su oferta para quitarle al habilidoso extremo internacional sub-21. La noche del jueves el PSG mejora su oferta y se formaliza de madrugada el visto bueno del Lyon. 45 millones más objetivos para cerrar a Barcola.
Viendo los dos últimos días de Luis Campos en París, uno puede entender como no podía estar al 100% o ni siquiera al 50% dedicado al Real Club Celta. Campos es el chef que regenta un restaurante de dos Estrellas Michelín en pleno centro de la capital francesa y, después, casi por romanticismo tiene un chiringuito de playa en Vigo recomendado por la Guía Repsol pero sin las mismas aspiraciones. En París realiza una inversión brutal buscando la tercera Estrella Michelín y ahí dedica buena parte de su tiempo ante la presión de su socio inversor catarí que le exige un mayor reconocimiento internacional. La pequeña taberna o tapería viguesa la cuida cada vez que viene a su Esposende natal para desconectar en casa. Le tiene cariño y aprovecha los ratos libres para marcar un poco la estrategia de la carta de los próximos meses. Pero no le puede dedicar ni mucho menos el mismo tiempo que a su restaurante de París en el que comen Macron, Mbappé o Sarkozy, De ahí que el Celta se quedase sin su mediocentro mientras todos los esfuerzos de Campos iban destinados a cerrar la costosa y larga Operación Kolo Muani. El cierre del mercado de fichajes deja muchas dudas y lagunas en el Celta que hizo un +30 millones de balance en este mercado. Después de ingresar casi 40 millones de euros por Gabri Veiga decidió apostar por dos jugadores con la carta de libertad (Guaita y Ristic) y gastar 12 kilos en el delantero centro Douvakis. Faltaba la operación mediocentro pero no llegó a tiempo por la plancha parisina que tenía Campos. Ahora el Celta tiene la opción de ir al mercado de jugadores libres en donde están el portugués Xeka o el costamarfileño Jean-Philippe Gbamin al que tuvo Benítez en el Everton.