Hace meses que en el concello lucense de Trabada vienen notando como cada vez se incrementaba más la presencia de unos gusanos negros que llenan las praderas, y en las últimas semanas han causado estragos. Afecta sobre todo a ganaderos y agricultores, pero también al resto de vecinos que los encuentran en el interior de sus casas. En el lugar de Carreirachá Pablo, ganadero, asegura que no han dejado nada que comer a sus vacas. En total han hecho desaparecer 35 hectáreas de forraje, que les darían para alimentar al ganado entre 3 y 5 años, y que van a tener que sembrar de nuevo con los gastos que eso conlleva: «causounos uns danos terribles, paceunos as parcelas todas e quedamos sen a forraxe que tiñamos para o outono despois dun verán no que xa tivemos pouca pola sequía». Los daños son irreversibles, en la pradera que antes era pasto ahora queda poco más que tierra. Pablo asegura que la desesperación que sienten los vecinos es enorme y que su entrada en las casas «causa mucha molestia y mucho estrés, porque es una situación muy incómoda». Al tener jardines o pastos cerca los gusanos se acercan a las viviendas y «en canto terminan de comer calqueira zona que teña algo de herba, proliferan e entran nas casas». Lo hacen a través de las ventanas si están abiertas, subiendo por las paredes, o por debajo de las puertas, aunque estén cerradas. Los vecinos intentan controlar la plaga como pueden, y evitar que los gusanos entren en sus hogares. Usan pesticidas de huerta para fumigar los alrededores y espantarlos, pero no hay muchos a los que recurrir. Otros han dibujado un cordón de cal alrededor o usan sal en un intento de frenarlos, pero ninguno tiene claro como actuar. Son muchos los vecinos que acuden al Ayuntamiento en busca de ayuda o información, pero la alcaldesa, Mayra García, reconoce que no pueden asesorarles: «os veciños acoden ao Concello porque é a administración máis cercana, pero tampouco temos información que darlles no sentido de que non sabemos cales son as medidas necesarias para controlar esta praga». Las competencias son de la Consellería de Medio Rural, apunta, y ya han remitido un escrito a la Xunta para que actúen. La regidora pide que se haga un estudio técnico de la plaga y se les translade a los vecinos como evitar la proliferación de gusanos. La alcaldesa asegura tener constancia de que también en los alrededores del municipio sufren el mismo problema. En cuanto se comen los pastos y los jardines en una zona se desplazan a otra y avisa que «lonxe de mellorar, a situación vai a peor, axudada tamén polo tempo e o cambio climático, que é o que está faverecendo a proliferación».