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El sacrificio de Martín Ochoa

El padre del jugador relata en 'Coruña Deportiva' cómo su hijo ha trabajado y renunciado a muchas cosas en su carrera deportiva

Coruña Deportiva (17/10/2023)

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A Coruña

Martín Ochoa buscó triunfar en el fútbol saliendo de casa con tan solo 14 años. Abandonó Logroño, donde reside su familia, y se enroló en el Deportivo dispuesto a hacerse con un nombre en el mundo del fútbol. Este pasado fin de semana debutaba como titular en el primer equipo. Su sonrisa mientras atendía a los medios de comunicación era el premio a los muchos sacrificios que ha tenido que afrontar para poder cumplir su sueño: ser futbolista.

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Hoy su padre, que también se llama Martín Ochoa, ha relatado en Coruña Deportiva la historia de su hijo. La experiencia con la que muchos padres se pueden sentir identificados. La vida entre ausencias, horas de coche y cansancio al volante. "Te viene a la cabeza el sacrificio de todos estos años. Sobre todo de él, pero también de su madre y su hermana", relataba su padre recordando lo que significa acostumbrarse a que tu hijo emigre antes de acercarse a la mayoría de edad.

La maleta a los 14 años

A los 14 años cogió la maleta y partió rumbo a Coruña. En la ciudad se encontró un entorno que lo arropó desde el primer momento. Entrenadores, personal de la residencia, compañeros... todos formaron un hábitat donde Martín Ochoa tuvo la tranquilidad suficiente para salir adelante. Allí ahondaron en el discurso del trabajo como el único camino para conseguir el éxito. "Esta es una profesión muy difícil, con muchas subidas y bajadas", reconoce el padre del canterano.

En El Toralín se pudo ver la versión obrera del delantero, cuerpeando sin arrugarse con defensas curtidos en más de una guerra. "La lucha y el trabajo es una constante en él. Saldrán las cosas mejor o peor, pero el trabajo es fijo" reconocía su padre. "En el fútbol tienes que estar preparado. A veces el camino se hace largo, pero hay que estar preparado para lo bueno y lo malo". Y, desgraciadamente, no todo han sido risas en el camino de Martín Ochoa hacia el primer equipo. "No es todo tan bonito... hay que ver lo que dejas detrás y a veces para no llegar". Y es que la apuesta por triunfar a costa de estar con tus seres queridos, como toda apuesta, no tiene un resultado seguro.

Los momentos difíciles coincidiendo con los mejores momentos de la cantera

La cantera del Deportivo vivió un momento estelar cuando el equipo ganó la liga ante Rel Madrid y FC Barcelona y se clasificó para jugar la Youth League. Un hito que Martín Ochoa se perdió al estar lesionado. Un revés donde la familia arropó aún más al delantero."Vamos mucho a Coruña y eso le da apoyo". Infinidad de viajes recorriendo los más de 700 kilómetros que separan Logroño de A Coruña... 1400 contando la vuelta. Horas al volante con el riesgo que eso conlleva y que acabaron provocando un gran susto. "Tuve un accidente de coche, me llevé por delante tres jabalíes. Jugaban contra el Celta de Vigo y no le dije nada. Se jugaban la liga. Me vio llegar con otro coche... Fueron dos semanas sin poder decirle nada y al final se lo contamos y vio las imágenes del coche, que eran tremendas. Gracias a Dios no pasó nada".

Pichichi en el Fabril

La etapa en el Fabril no pudo ser mejor. Pichichi en Tercera Federación y ascenso a Segunda. Un trabajo que le sirve para llamar la atención del primer equipo. En el primer partido de liga dispone de 4´ para debutar en Riazor. En Salamanca y ante el Cornellá disfruta de 15´. Presencia testimonial ante el Celta Fortuna y titularidad en Ponferrada. Otra barrera derribada. "Yo estaba más preocupado por la rueda de prensa que por el partido" bromea su progenitor. Pero tras la risa viene la emoción de recordar un momento para el álbum familar: el debut en el once titular. "El niño tenía una felicidad increíble, la cara reflejaba todo.... y menos mal que empatamos porque esto es un tema colectivo y te vas al agujero. La cara de felicidad era terrible. Lleva muchos años allí y es un sueño" recuerda mientras se le quiebra la voz. Y es que pese a todo, lo vivido en Ponferrada este domingo es el premio a una familia que ha reducido a la mínima expresión la distancia entre La Rioja y A Coruña.

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