Xoel López, más visceral que nunca: "Este es un mundo muy falso"
El cantante coruñés presenta "Caldo espirito": son "canciones hechas desde el corazón"
Estrenando su tercera encarnación musical, una que abraza en la misma medida todas sus formulaciones previas para crear algo nuevo, Xoel López presenta "Caldo espirito", visceral disco que desde el primer corte deja claro que va de "canciones hechas desde el corazón" y en contra de las apariencias.
"Cuando lo escribía solo me dejaba llevar, pero al analizarlo ahora sí que pienso que trata sobre la búsqueda de la verdad en un mundo que es muy falso, de mucho postureo", dice el músico gallego en una charla con EFE tras cantar versos como "Si ya sé que yo no pertenezco a este tiempo".
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Su título, "Caldo Espírito" (Esmerarte/Sony Music), mezcla el adjetivo italiano para "caliente" y el equivalente gallego de "espíritu" y ya da una idea de su apuesta por una comunicación real, aunque signifique desnudar verdades crueles como la de "Esto no es amor", "cuando ves que se ha puesto toda la carne en el asador pero por una mierda de persona".
"No es un disco pesimista", precisa López (A Coruña, 1977). "Es crudo y veraz como la vida misma, con sus días buenos y sus días malos", aunque quizás a veces "se inclina más del lado del reconocimiento del error que de la felicidad del acierto".
En pos de la intercomunicación, huyó del ruido y parte del disco se pergeñó en una casa rural en medio del monte en Ourense, casi sin cobertura ni apenas dónde ir, un lujo cuando "hoy en día es tan difícil escapar y hasta te metes en la cama mirando Whatsapp".
La voz, en primer plano y al límite
Se aprecia en sus hechuras un matiz "deluxiano". "Pero no sé si fue por la gira o porque es cíclico lo de recuperar cosas de hace 20 años, como cuando vuelves a escuchar discos de hace mucho tiempo porque de repente te lo pide el cuerpo", señala tras haber recuperado en vivo en el último año su primer proyecto musical, Deluxe, que abandonó hace más de 15 años en un viraje más libre y "folk" ya como Xoel López a partir del disco "Atlántico" (2012).
Lo cierto es que en "Caldo espirito" está todo lo que ha sido el gallego a lo largo de su carrera, no solo el influjo de Galicia y Madrid, también de México, de Brasil y República Dominicana, de Italia y de África, "pero todo mezclado, quizás antes en proporciones más desiguales" y ahora todo emulsionado.
Así surge un sonido a menudo "preciosista" que, por ejemplo, conjuga armónica con merengue, con una mayor presencia asimismo de teclados, especialmente sintetizadores y, entre estos, del arpegiador, que junto al reparto equitativo entre instrumentos orgánicos y eléctricos (véase en la percusión) le da al conjunto un equilibrio entre pasado, presente y futuro.
"Si no te atrapa desde ese primer momento, bájate del tren", afirma sobre el arranque con "Albatros", apenas un ruido de fondo y la voz expuesta "a capella", una voz que es explorada como nunca, oscilando de graves a agudos hasta los límites de su tesitura, como se aprecia en "Faneca Brava".
"Es el elemento troncal de todo el álbum y va de lo más bajo a lo más alto, como un reflejo de la diversidad de la vida, de la suerte y del fracaso", explica López, quien vuelve a hacer más que evidente su admiración por The Smiths en un corte como "8.000", uno de los más importantes del álbum.
Agotado tras alternar dos giras, la del previo "Si mi rayo te alcanzara" (2020) y la de la de Deluxe, que concluyeron hace solo unas semanas, López brindará de momento un único concierto el próximo 29 de noviembre en el Wizink Center de Madrid, una "celebración" del nuevo álbum que servirá además como puente con todo lo acontecido este año y que incluirá "sorpresas".
