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Combustibles renovables: el futuro de la planta de Repsol en A Coruña

El Centro Repsol Tech Lab de Móstoles sirve para crear los combustibles renovables que se utilizarán en nuestra ciudad

A Coruña

El objetivo a largo plazo de Repsol son las emisiones netas cero para 2050. Para ello hay un proceso, que pasa por A Coruña y se desarrolla en el Repsol Tech Lab de Móstoles. La provincia de A Coruña estrenará en este año 2023 la primera gasolinera con combustibles 100% renovables. Estará en Coirós y es el punto final de una cadena de producción que empieza en Móstoles. Visitamos la planta para saber cómo se producen estos combustibles.

Repsol Tech Lab, dónde todo empieza

El Repsol Tech Lab de Móstoles es el epicentro de la innovación y la tecnología de Repsol. Se trata del centro de investigación privado más grande de España. En sus más de 50.000 m2 trabajan cerca de 230 científicos, que se reparten en 20 laboratorios y 35 plantas pilotos, que recrean la actividad industrial de la compañía, a pequeña escala.

El sector de la movilidad, necesita descarbonizarse, y por ello Repsol busca potenciar los combustibles renovables a través de residuos de biomasa, como el aceite de cocinar, para así reducir sus emisiones de CO2. Además estos combustibles, químicamente se parecen mucho a los que tenemos hoy en día, y eso hace que sean compatibles con la infraestructura de repostaje actual. Además de con los biocombustibles avanzados, en esta planta también trabajan los sintéticos o efuels, que utilizan hidrógeno verde.

Laboratorios de formulación, con robots colaborativos

En el laboratorio de formulación está el primer paso para convertir los residuos de biomasa en combustibles renovables, y utilizarlos en las plantas industriales de la compañía, como por ejemplo en A Coruña. En nuestra ciudad, se lleva utilizando este método desde 2021, cuando se realizaron las primeras pruebas con aceite usado. En 2022 se utilizaron 195.000 toneladas de materias primas bio, y el objetivo para 2023 es aumentar esas cifras en un 30% llegando a las 265.000 toneladas aproximadamente.

La labor de este laboratorio es saber cuál es la mejor tecnología que se puede aplicar con cada materia prima para producir combustible renovable en cada centro de Repsol.

Además, cuentan con un compañero muy especial, Arturito. Un robot colaborativo que complementa a los trabajadores para "acortar tiempos en la cadena de producción y automatizar los procesos" según Aurora Mañas, científica del laboratorio de formulación.

Plantas a pequeña escala

El siguiente paso tras analizar los aceites, se llevan a una pequeña planta piloto, con las mismas características que una grande como la de A Coruña, pero a pequeña escala para analizar que producto funciona mejor en cada planta.

En estas 'mini refinerías' se trabaja con 1 gramo, por cada tonelada real. Todo está controlado desde salas de control, similares a las de cualquier complejo, portables en el propio campo para facilitar la operación de los técnicos. Mercedes Ayala es la responsable de laboratorio de las plantas piloto

Estas plantas permiten reproducir cualquier condición y cualquier proceso petroquímico con años de antelación.

El test real

Tras analizar los productos en laboratorio y llevarlos a las plantas piloto, el último paso es evaluar los productos que se ponen en el mercado o en la aplicación final en diferentes plataformas. Se analizan en vehículos completos, gracias a robots que simulan la conducción y en cámaras climáticas con diferentes condiciones, que permiten realizar ensayos reales. También se analizan los motores en origen para corregir errores en motores antiguos que no toleran un combustible renovado igual que un motor de nueva generación.

Además también se testea en aviación, en navegación marítima, con la colaboración con Navantia, e incluso en el espacio, con una colaboración con PLD Space, explica Dolores Cárdenas científica experta en combustibles renovables.

La gasolina de las MotoGp

Además de testear los combustibles renovables que se llevarán a los diferentes centros de producción, en este centro también se desarrolla la gasolina que utilizan los equipos de alta competición de Repsol, como Marc Márquez en MotoGP, Toni Bou en trial o Isidre Esteve en el Rally Dakar. La alianza de Repsol Honda ha sido la gran dominadora de la categoría reina del motociclismo durante los últimos 30 años, por ello, en este centro se encuentra uno de los dos prototipos del motor que se desarrolla de cara a la próxima temporada de MotoGP, además del de la sede de Honda, en Saitama (Japón). La alta competición no escapa de los combustibles renovables y en la próxima temporada en MotoGP, el 40% del carburante tendrá que ser de origen no fósil y, en 2027, del 100%, para lo que Repsol ya trabaja desde su centro Repsol Tech Lab de Móstoles.

 
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