Moda con sello lucense en la alfombra roja de los Latin Grammy

Lugo

El diablo se viste de Prada y Aida Tarrío de Hugo López. La artista escogió un diseño de la colección '27004' de López para la alfombra roja de una de las citas musicales más importantes del año: los Latin Grammy. La componente del grupo 'Tanxugueiras' sorprendió con un vestido largo con transparencias color negro del que hizo gala en sus redes sociales.

Hugo López se mostró sorprendido desde el primer momento. "A mi me pidieron el vestido, yo que soy un despreocupado pues lo envié y ya. Claro luego me dicen que lo lleva Aida y digo, pues qué bien. Pero me dicen : si está en los Grammy! Y claro, flipé", nos cuenta entre risas.

Todavía sin creérselo mucho, el diseñador y colaborador de esta casa, nos ha atendido al teléfono en medio de sus clases. Y es que aunque las 'celebrities' se vistan con tus vestidos, no se convalidan las asignaturas de la formación que recibe en la escuela Mestre Mateo de Santiago de Compostela.

Hugo ha recibido decenas de mensajes de cariño a través de las redes sociales, fueron muchos lo que se pusieron en contacto con él al ver el vestido en el evento, asi que ya no hay excusa: manos a la obra y a por el segundo desfile.

27004

'27004', coincidiendo con el código postal de la zona de Lugo en la reside, fue la primera colección que Hugo López mostró al mundo en su primer desfile. Lo hizo al año pasado en el Pazo de Feiras y Congresos de Lugo. Una apuesta transgresora, con mucha transparencia y poca tela. "Buscaba desencajar, que la gente no entendiera nada. que fuese un caos y creo que lo conseguí", confiesa.

Después de este subidón, López bromea y "quién sabe si llamará para el año Beyoncé". Y es que sin estar planificado, este joven natural de Melide y de 19 años, ha visto como por la misma pasarela que pasaba Rosalía vestida de Balenciaga, Tarrío lo hacía bajo su firma.

Hugo agredece, sobre todo, a la estilista de la cantante por apostar por su vestido y ahora, aunque sea en una nube, toca volver a la realidad: seguir con su formación, pero con tiempo para celebrarlo.