Con leche, limón o a cucharadas: la miel es un ingrediente recurrente en los remedios para el catarro
Combinándola con zanahoria o con los frutos que da el saúco a finales de verano se pueden hacer jarabes naturales
Con leche, con limón o a cucharadas: la miel presente en todos los remedios para el catarro
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Lugo
Hay muchas formas de tomarla y pocas cosas a las que les quede mal un chorretón de miel. Sobre todo en los meses de invierno se vuelve acompañante recurrente del yogur, el queso en cualquier variante y, por excelencia, de la leche y las infusiones.
"Miel con limón es lo de toda la vida, lo que nos daban ya de pequeñas", reconocen dos señoras que, aunque no son muy devotas de ella, aseguran que cuando se acatarran siempre acaban echando mano porque la prefieren "antes que tomar muchos medicamentos". Eso si, son conscientes de que funciona "si es una cosa leve, si no no queda otra que ir al médico".
Encontramos también alguna variante que suma a la combinación zanahoria. "Pongo en un tarro un poco de miel, echo un limón exprimido y unos trozos de zanahoria", explica quien lo usa. Después hay que dejarlo macerar "cuatro o cinco días, en los que la miel deshace la zanahoria y deja solo el tallo". El resultado es una especie de jarabe que, asegura, "es buenísimo".
Es habitual también que se tome una o dos cucharadas en ayunas: "una cucharada al día, generalmente en ayunas, es una buena costumbre porque es un alimento muy natural y da energía para empezar el día".
Puede ayudar incluso a lidiar con el dolor de encías o de muelas, porque tiene propiedades antiinflamatorias, antibióticas y antioxidantes. Lo explica Xoel Rodríguez, de Mel da Colmea, y por eso, añade, tradicionalmente se aplicaba también sobre heridas.
Miel y saúco para catarros y fiebres
María Frá, autora del libro 'Remedio da nosa horta medicinal', aboga por la miel como el complemento ideal para las infusiones de hierbas buenas para lidiar con los catarros. Explica que podemos combinarla con tisanas de ortigas, "que son un buen astringente para las vías respiratorias", o romero, "que además lo tenemos a mano en todas las épocas del año".
Pone en valor también las hierbas más habituales en la cocina, "que son conocidas y nos dan confianza". El tomillo o el orégano son buenos desinfectantes, tienen propiedades antisépticas.
María Frá nos deja también la receta de un jarabe hecho con los pequeños frutos de color negro que da el saúco a finales de verano y miel. "Se machacan y se cocinan con un poco de agua durante una media hora, a fuego lento, para que se vaya deshaciendo la fruta", explica. Lo ideal después es pasarlo por un colador y, de la cantidad que nos quede, echarle el equivalente a la mitad de azúcar o miel.
"La miel nos va a permitir darle la consistencia de jarabe y además que se conserve", dice María Frá. Es importante porque como los frutos se recogen a finales del verano, con ese ingrediente el jarabe nos aguanta en la nevera hasta los meses de invierno, que es cuando vamos a necesitar recurrir a el.