Inteligencia artificial: ¿enemiga o aliada?
Aún genera gran desconfianza entre la población, pero cada vez hay más gente que se anima a probarla
Inteligencia Artificial: ¿enemiga o aliada?
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Lugo
El Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional presenta un estudio en el que académicos y profesionales de la comunicación y la verificación destacan, entre otras cuestiones, el papel de la Inteligencia Artificial y especialmente la generativa, como potenciador de la desinformación. Pero en el mismo texto también indican que puede usarse como una respuesta muy útil contra ella.
El uso de la IA es "cada vez más fácil y accesible" para generar, publicar y difundir desinformación, señala el informe, que llama la atención sobre a creación de noticias falsas y las falsificaciones de imágenes, vídeos o audios. Son los conocidos como 'deepfakes'. Sin embargo, las herramientas que emplean la IA también pueden jugar un importante rol en la detección de la desinformación si se "entrenan" adecuadamente.
Entre la población hay mucho desconocimiento sobre esta tecnología, sobre como funciona o que usos podría tener. Sobre todo entre los más mayores, que aseguran además que ni les interesa ni les preocupa: "yo soy electricista, y poco me va a afectar a mí la inteligencia artificial, ya me pilla muy lejos". También entre la gente más joven hay un cierto rechazo, que nace sobre todo del desconocimiento.
Sin embargo también hay curiosos que no solo se interesan si no que se atreven a probarla: "La uso habitualmente sobre todo para filtrar información para hacer trabajos de clase, normalmente pierdes mucho tiempo y es muy útil". Este mismo joven cree que con la Inteligencia Artificial pasa lo mismo que con Internet: "Cuando apareció la gente le tenía miedo, y tiene sus peligros, pero también aporta muchas cosas buenas".
En el ámbito artístico hay quien experimenta con ella "sobre todo para crear imágenes, después escoges si te sirve o no, pero es una herramienta más, muy interesante".
¿Qué es IA y qué no?
"Ni los asistentes de voz ni el GPS", explica Manolo Fernández, experto en tecnología y desarrollo web, "aunque suele confundirse, como en estos dos casos, con procesos de 'big data' o de análisis de grandes cantidades de datos". La condición fundamental es que sea "capaz de aprender". Introducir Inteligencia Artificial lo que permite es "interpretar frases que no ha oído nunca y producir respuestas originales, basadas en el lenguaje".
Entre sus usos pueden contarse, pone de ejemplo, la interpretación de las emociones "para determinar si una persona se va a comportar de una manera o de otra". También los procesos de selección de personal en los que se sustituye una entrevista de trabajo por un sistema de cribado a través de la IA.
Advierte en todo caso que las inteligencias artificiales incorporan los sesgos de sus creadores y de su propio aprendizaje, y cree que aunque son "una herramienta muy potente", entrañan "algunos riesgos cuando no se usan de la manera adecuada". La Unión Europea ha presentado una propuesta de ley que no entrará en vigor hasta 2026, y aunque "para entonces la cuestión ya habrá cambiado mucho", supone un primer paso.
"La ley europea establece cuatro niveles de riesgo, la gran mayoría de todo lo relacionado con la inteligencia artificial están en el riesgo mínimo", explica Manolo Fernández. Los que suponen amenazas más graves son los que pasan por "la identificación de personas, la creación de sesgos o la imposibilidad de determinar si una imagen está generada con IA o es real".
Entre la población genera rechazo, por ejemplo, su incorporación en el ámbito médico. Sin embargo para el experto en tecnolgía este campo, junto con el científico, son "en los que menos miedo debería darnos, porque suelen ser entornos con una cierta seguridad, fiabilidad y un método para controlar las desviaciones".
Sobre la desaparición de puestos de trabajo ante la amenaza de ser sustituidos por una inteligencia artificial, otra cosa que preocupa en las calles, reconoce que "hay muchas profesiones que están en riesgo". Pero, en la otra cara de la moneda, apunta que "también hay muchos otros que van a surgir". Para Manolo Fernández lo que está claro es que "no es un riesgo mayor que cualquier otro en las distintas fases de la industrialización".