El Celta llega tarde a La Cerámica

Vigo

El Celta llegó tarde al hotel de concentración y llegó todavía más tarde al partido. En una de las peores primeras partes que se le recuerdan a los celestes en los últimos meses, el equipo pudo caer goleado con estrépito ante un Villarreal que tampoco tuvo que pisar el acelerador para pasarle por encima. Los primeros diez minutos fueron un Poltergeist difícilmente olvidable. Guaita salvó tres goles, hubo un palo y un remate fuera por poco de Sorloth. Todo esto en 10 minutos de juego en los que ni estaba ni se le esperaba al Celta. Y tanto cedió el equipo de Benítez que Pedraza marcó tras una buena combinación con Sorloth. Una pared que la defensa celeste pudo ver cual observador internacional sin poder intervenir.

Minuto 12 y perdiendo 1-0. Tal fue la concatenación de ocasiones y la falta de agresividad, intensidad, acierto de los jugadores del Celta, que hasta parecía la mejor noticia el solamente ir 1-0 abajo. La cara de Guaita haciendo de bombero, médico, policía en el incendio era todo un poema. Con el paso de los minutos la cosa no mejoró. Sin llegar a la portería rival, sin poder combinar ni elaborar y echando de menos las gotas de creatividad que se le pueden exprimir a Aspas todavía para mover al equipo. El Celta ya no tiene talento en la sala de máquinas y eso se nota mucho.

El segundo gol deja a la claras como estaba el Celta. Unai llega tarde y hace una innecesaria falta cuando Baena estaba de espaldas y no tenía demasiada intención de atacar. La cuelga Parejo al segundo palo, el Celta se desajusta, y Sorloth se encuentra emparejado con Dotor. Conclusión: el noruego la cede de cabeza sin oposición para que Baena remache. No fue gol porque Guaita volvió a hacer una milagrosa parada, pero Mandi estaba solo, en el área pequeña, para poner el 2-0.

Se esperaba una reacción al descanso porque la cara de Benítez era un poema. Era la del que sabía que la pírrica victoria contra el Granada fue crucial para sus intereses porque si tuviese que depender de lo que se había visto en Villarreal…

El técnico celeste hizo tres cambios y cuando esperábamos la reacción, a los 20 segundos, el Celta se distrae y hace un penalti Kevin a Baena. 3-0 al inicio de la segunda parte. Con 3-0 en contra y la falta de fútbol de los celestes tenía pinta que eso iba a ser como Waterloo. Pero, afortunadamente, un fallo grosero de Romero despejando hacia su portería, lo convierte en oro Douvikas con un remate acrobático a lo Cruyff en el segundo palo.

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Ahí cambiaron las tornas. El Celta fue a por el segundo y el Villarreal quería dormir el partido como fuese. Y llegó el 3-2 de Larsen tras una gran jugada de Dotor, Cervi, Manu Sánchez y remate de primeras del noruego. En 5 minutos el Celta se ponía 3-2 en el minuto 56 y la cara de Marcelino es la de “que vienen los rusos”. Quedaba mucho partido e incluso el noruego tuvo en un remate de cabeza el gol del empate. Pero en los últimos 20 minutos, más los 15 de añadido se evidenció que al Celta le falta oficio; mucho oficio. No ayudó tampoco la actitud y la intensidad con la que salieron Bamba y Miguel en las bandas. El partido fue un monólogo de fútbol horizontal de los celestes y defensa numantina del Villarreal. Fútbol horizontal con más paredes estériles que centros y con el equipo demasiado posicional. Era consciente Marcelino de la importancia de los tres puntos. Viendo la primera parte del Celta parecía que las vacaciones se habían adelantado para sus jugadores. Y eso que, pese a estar en descenso, se van de permiso del 21 al 27 de diciembre.

Los de Benítez convirtieron en un bonito sueño el triunfo contra el Granada y en una pesadilla su visita a Villarreal. Ahora les espera la cuesta de enero con Betis, Copa del Rey, Son Moix, Real Sociedad y Girona. Esperemos que Papá Noel y los Reyes Magos nos traigan dos, tres o cuatro refuerzos de garantías y con oficio. En las manos de Luis Campos estamos.