La Copa del Rey... de Atenas
Douvikas lleva tres dobletes y marca un gol en Copa cada 60 minutos
Vigo
Jaume Domench se fue al punto de penalti a hacer un “Dibu Martínez” a Douvikas, pensando que ese joven imberbe de 24 años se iba a poner nervioso. El show siguió desde la línea de gol llamándole y haciéndole gestos, a lo Pablo Cavallero, para intentar descentrar al lanzador ateniense. Pitó De Burgos Bengoetxea y con toda la tranquilidad del mundo inicia una carrera corta y bate con facilidad a Jaume. Anastasios demostró la misma frialdad en la celebración que desde los once metros. Es un profesional del gol y eso se lleva en la sangre. Tres cuartos de lo mismo en el minuto 81, en un partido igualado, demostró su intuición, su desmarque y su calidad para convertir un centro un poco ladeado y blando en un remate perfecto de cabeza al palo largo. Volvió a demostrar que es Iceman en la celebración. Anastasios Douvikas, de oficio goleador, lleva ya, sin hacer mucho ruido y sin ser mediático, la friolera de 9 goles y 2 asistencias.
Los más puristas dirán que, claro, que 6 de esos goles los metió en la Copa del Rey como si meter tres dobletes en Las Llanas inundado, Urritxe embarrado y en Mestalla estuviese al alcance de todos los delanteros. Pocos killers pueden presumir de meter tres dobletes coperos seguidos. En el Celta solamente Vlado Gudelj lo hizo en la 93-94 y, gracias a esos 6 goles, el equipo de Txetxu Rojo pudo disputar la final en el Calderón.
Contra el Sestao llegaba el Celta tocado de muerte, en la enésima ratificación de Benítez y Douvikas, que apenas jugaba en Liga, fue capaz de anotar el primer en una contra que él mismo se fabricó y marcar de penalti el gol de la victoria. En Amorebieta, en un campo absolutamente embarrado, demostró que es un delantero de un toque. Apenas necesita elaborar porque es intuitivo para el desmarque y para ofrecerse al remate. El primero de remate al primer toque y el segundo de cabeza.
En Valencia demostró la sangre fría en el penalti y la clase que tiene con el remate de cabeza. En el partido de Sestao también dejó otra asistencia y en el partido del Turégano otra.
Es decir, su estadística copera es de 1 gol cada 60 minutos. Lleva 6 goles y 2 asistencias en 358 minutos de juego. Una auténtica barbaridad lo que ha logrado en la Copa del Rey el delantero ateniense. En la Liga no está teniendo demasiadas oportunidades y eso lastra su candidatura a disparar sus cifras goleadoras todavía más. Solamente ha sido titular en tres partidos: Las Palmas, Villarreal y Vallecas. Lo hizo en sustitución de Aspas porque Benítez no quiere que el griego supla a su intocable Larsen. En Las Palmas Douvikas marcó y en Villarreal, también. En Vallecas el Celta llegaba casi hundido y fue a por el 0-0 sin apenas ocasiones de goles. Casi no generó ataques. El otro gol en Liga lo marcó en Montjuic en la conexión perfecta al espacio con Iago Aspas. Asistencia del de Moaña, Douvikas le gana el espacio a Araujo y bate a Ter Stegen con la zurda y de primer toque.
Son 3 goles en 410 minutos de Liga jugados. Strand Larsen lleva 7 goles en 1602 minutos. El ratio del griego es de un gol cada 137 minutos y el ratio del noruego es de 1 gol cada 229 minutos. Los números cantan y el griego ya es el máximo goleador del equipo con 9 goles y 2 asistencias en menos de 800 minutos de juego. Douvikas, sin hacer ruido, sin ser mediático vuelve a presentar su candidatura para tener alguna oportunidad de ser titular sin que sea por la baja o la sanción de Aspas. La Copa está claro que lleva su nombre, pero el máximo goleador de la Eredivisie tiene, entre ceja y ceja, ser titular en Liga. Fue máximo goleador de Países Bajos con el Utrecht que, si cabe, tiene todavía más mérito que no lo fuese con el PSV, Ajax o Feyenoord. Es el delantero que lleva el gol en la sangre. Iceman Douvikas pide una oportunidad.