Del Prestige al Toconao: ¿qué no hemos aprendido?
Hay muchos paralelismos en la gestión de ambas crisis ambientales. Pese a los 20 años de diferencia entre una y otra, se han vuelto a repetir parte de los errores
Del Prestige al Toconao
Santiago de Compostela
Veinte años y un par de semanas separan las dos crisis ambientales más importantes que han sacudido las costas gallegas en este siglo. Veinte años y un mes entre en naufragio del Prestige, en noviembre de 2002, a la pérdida de carga del Toconao, en diciembre de 2023. El primero supuso la marea negra que puso en jaque a toda la comunidad y con un impacto millonario. El segundo, una marea de microplásticos cuyo alcance todavía está por conocer.
Del Prestige al Toconao. ¿Qué no hemos aprendido en estas dos décadas? Aunque es evidente que hay enormes diferencias entre la dimensión de otra crisis, también hay muchas similitudes, especialmente en los errores que se cometieron entonces y en los que se ha vuelto a caer ahora. En una y otra ocasión, la gestión de la Xunta de Galicia ha presentado ciertas lagunas.
Negación y lentitud de reacción
En el inicio de una y otra crisis hay muchos paralelismos, una respuesta inicial muy parecida por parte de los gobiernos autonómicos. Entonces el Ejecutivo encabezado por Manuel Fraga y ahora el que lidera Alfonso Rueda trataron de ocultar el problema, miraron hacia otro lado y buscaron culpables externos.
En el caso del Prestige, la primera llamada se produjo el 13 de noviembre, a 50 millas de Finisterre. El Gobierno central, en el que estaban Aznar y Rajoy, decidió que había que alejar el petrolero de la costa e impedir su entrada en el puerto de A Coruña. Dos días después, no se había puesto en marcha el plan anticontaminación. El sábado 16 ya había 190 kilómetros afectados por el chapapote y un día después empiezan a llegar los voluntarios a las costas.
Durante prácticamente una semana se va moviendo el buque por toda la costa gallega contaminando cada vez más kilómetros, hasta que se parte en dos y se hunde. Mientras los expertos alertan del riesgo de la operación, el Partido Popular le resta importancia a la crisis.
La lentitud de reacción y la negación del problema se repitió también con el percance del Toconao. El 13 de diciembre, el 112 recibió una llamada de un usuario que alertaba de que había recogido 60 sacos de pellets y en la que le garantizaban que al día siguiente se recogerían.
Una semana después, remiten una carta a los ayuntamientos para abordar la limpieza de las playas. Sin embargo, no es hasta el 3 de enero cuando se dan por enterados (acusando al Gobierno central de no haber informado desde el día 8 de diciembre) y solo el 5 de enero activan el Plan Territorial de Contaminación Mariña Accidental de Galicia, el Plan Camgal. Pese a la presión y a la aparición de cada vez más sacos de pellets, aún pasaron varios días hasta que se elevó la alerta al nivel 2, el que permite la intervención del Gobierno central.
La Xunta de Galicia cargó contra el Gobierno de Pedro Sánchez, exigiendo, en contra de los informes de organizaciones internacionales, que se recogieran los sacos y los pellets en el mar, antes de la llegada a las costas gallegas. Mientras, la viepresidenta segunda y conselleira de Medio Ambiente, Ánxeles Vázquez, afirma que la gestión ha sido de "matrícula de honor".
"Hilillos de plastilina" y "boliñas de plástico"
Otra de los grandes parecidos, de los errores repetidos en una y otra ocasión, es que se infravaloró la magnitud de la crisis. Especialmente sonada fue la comparecencia de Mariano Rajoy, entonces portavoz del Gobierno, que declaró que del Prestige salían "unos pequeños hilillos con aspecto de plastilina". Lo que terminó saliendo fueron unas 125 toneladas de fuel al día.
En cuanto a la llegada de pellets, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, afirmó que eran unas "boliñas de plástico", que "no son tóxicas" según Ánxeles Vázquez, pese a que no han dado a conocer los informes pormenorizados que lo demuestren. Mientras tanto, investigadores del CSIC, como Fernando Valladares, advierten de que sí que tienen efectos peligrosos.
El conselleiro do Mar, Alfonso Villares, trató de restarle importancia diciendo que la gente "no se come las tripas del pescado" y, en todo caso, "que todo lo que entra, sale".
El debate llega a Europa
La catástrofe del Prestige abrió un profundo debate sobre el transporte de petróleo y cambiaron las medidas de seguridad a nivel internacional.
Ahora, con el accidente del Toconao, la Unión Europea se replantea si endurecer su normativa para regular mejor el transporte de materiales como los pellets. El gobierno de España es partidario de hacerlo, tal y como declaró en una entrevista en la Cadena SER el ministro de Transporte, Óscar Puente.
Sobre esta cuestión, José Antonio Madiedo, presidente de la Asociación Española de la Marina Civil, que fue director general de la Marina Mercante a finales de los 80, explicó que "la mercancía no está recogida de forma expresa como peligrosa", pese a que "sí que entraña peligros por los efectos que tiene".
Así, considera que los empresarios deberían dar más información sobre su composición y que vayan en envases más resistentes.
"Un auténtico desastre de gestión"
Preguntado por la gestión que ha hecho la Xunta, Madiedo señala que ha sido "un auténtico desastre", y denuncia que emplean la "truculencia" además de buscar otros culpables. "No es una cuestión de habilidad de convencer de lo bien que se hace, es una cuestión de profesionalidad. Y la Xunta no puede presumir de ello", agrega.
Aunque "lo delo Toconao no tiene nada que ver con lo del Prestige", sí que alerta de que "los pellets pueden ser más peligrosos porque entran en la cadena trófica".
Además, reflexiona sobre las personas que gestionan estas crisis al decir que "no se puede nombrar a personas que no tienen cualificación náutica de máximo nivel o una experiencia acreditada".