El cineasta Alberto Gracia: "Ferrol es el paradigma de las ruinas de la vieja Europa"
El director ferrolano Alberto Gracia presenta este viernes en el Festival de Cine de Rotterdam su último filme, "La parra", un retrato hipnótico y decadente de Ferrol
Ferrol
El director ferrolano Alberto Gracia presenta este viernes en el Festival de Cine de Rotterdam su último filme, "La parra", un retrato hipnótico y decadente de Ferrol, una ciudad que vive en un tiempo "perdido" con unos personajes sumidos en la "precariedad", casi como "muertos vivientes".
"Ferrol podría ser el paradigma de las ruinas del siglo XX de la vieja Europa. Es una ciudad que se ha quedado sin tiempo, que no avanza. Nadie quiere echar un vistazo al pasado, por vergüenza o simplemente porque vivimos en unos tiempos muy acelerados, en los que nadie quiere mirar hacia atrás para no cometer el mismo error. Pero si no se mira hacia atrás, no se puede mirar hacia delante tampoco", afirma Gracia (Ferrol, 1978) en una entrevista con Efe.
Su película es un "juego de espejos", una analogía entre su protagonista, un hombre de mediana edad que vive de forma precaria en una gran ciudad y Ferrol, su localidad natal, una localidad "fantasma", "paralizada en el tiempo".
Gracia conoce bien la ciudad departamental, porque allí se crió y vivió hasta los 20 años. Después marchó, pero siempre que volvía de visita tenía una sensación "extrañísima": la de observar un pueblo "sin identidad", vacío, en el que solo hay coches.
"Me parecía que esa sensación era muy paradigmática a la de la gente a día de hoy en las grandes ciudades, que vive precariamente, compartiendo piso, con trabajos mileuristas y pagando una burrada por el alquiler. Una situación en la que huyes hacia delante, dejando el pasado atrás pero sin ningún futuro. Viviendo en el presente constantemente pero sin evolucionar, sin ir a mejor", explica.
El personaje de su película, Damián, participa en un concurso de televisión en el que se premia la literalidad. Cuando da paso a la publicidad, comienza la historia, en la que este hombre, que vive en Madrid, regresa a Ferrol tras recibir la noticia de que su padre ha fallecido.
Allí se encuentra con una serie de personajes "fantasmales", un tanto grotescos, que deambulan en un escenario que parece un decorado y que "no se sabe si son reales o irreales".
"Me interesaba que fueran una especie de ángeles caídos", afirma el cineasta, que ubica a estos seres en la pensión que da nombre a la película "La parra", un negocio mítico de la ciudad situado en la calle del Carmen.
Ahí de nuevo se establece la analogía entre Ferrol y la gran ciudad, donde la gente se comporta como "muertos vivientes", "donde la caña cuesta 3,5 euros" y las calles están llenas de tiendas de "ropa vintage", generando una sensación de "presente dilatado".
"Mi película es muy realista, pero de forma compleja. Creo que el realismo a día de hoy no se puede basar únicamente en una dimensión o una especie de presente histórico. Es necesario tener la piel abierta a nuevas sensibilidades porque hay una virtualidad y una realidad que, al juntarlas, generan fantasmas", afirma Gracia.
En Ferrol, el cineasta alude a la catástrofe del Discoverer Enterprise, el buque de prospección petrolífera que a finales de los 90 fue arrastrado por el viento desde el muelle del astillero hasta chocar con el puente de As Pías y que obligó durante meses a dar un rodeo kilométrico a miles de personas para poder entrar o salir de Ferrol.
Con este ejemplo expone la idea de la "incomunicación", del aislamiento de una ciudad de la que "no se puede salir" ni tampoco deja "entrar cosas nuevas". Una idea de "eterno retorno" de un pueblo "traumado" que sabe que "haga lo que haga" todo se va a ir "a pique".
"A Ferrol le falta relato, le falta historia. Se han querido cargar la historia oficial por olvido y ahora mismo no puede dar el siguiente paso. En definitiva, no tiene un tiempo dónde agarrarse", opina.
"La parra" competirá en la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, en la sección Tiger. Para Gracia es "el mejor sitio al que podría ir" y espera que la cita le dé cierto empujón a una película que llegará a las salas a finales de año, distribuida por Begin Again.
"Va a depender mucho de su paso por festivales y de los demás. Yo no la veo una película demasiado difícil porque nunca he pensado que las películas haya que entenderlas, sino más bien sentirlas. Es una película emocional, que transmite", asegura el director.
Considera además que no hay que conocer Ferrol para comprender de qué habla "La parra" y que incluso un coreano, que quizá no sepa que es la ciudad en la que nació Franco -al que ni se nombra- puede entender una obra que habla del abandono, de un mundo acelerado que ha perdido la capacidad de imaginar y que se encuentra estancado.