Una nueva derrota que deja en el aire el futuro de Benítez
El Celta pierde por la mínima ante el Girona y buena parte del público pide la cabeza del entrenador
Vigo
Segunda derrota seguida en Balaídos en Liga (tercera si contamos la Copa) con el mismo resultado (0-1) y con un enfado enorme de la afición, que volvió a entonar el "Benítez vete ya". El equipo vigués volvió a sentirse impotente ante un rival de la parte alta de tabla, aunque desaprovechó buenas ocasiones en el primer tiempo.
El técnico apostó por una defensa de cinco y a cambio le dio a la afición lo que pedía: Aspas, Douvikas y Larsen juntos desde el inicio. Pese a esto, la propuesta fue la de esperar atrás y dejar a los de Michel la iniciativa de balón, lo que aprovecharon a la perfección. El primer en avisar fue Dovbyk con dos cabezazos casi consecutivos. En el segundo obligó a Guaita a hacer una gran estirada para desviar el balón. Poco después, Blind dispone de una gran ocasión para marcar, pero la desperdicia con un mal disparo que termina en los guantes del guardameta del valenciano.
El primer tiro de los vigueses llegó en el minuto 18 con un buen disparo lejano de Mingueza que despejó a córner Gazzaniga con una buena mano. Mediado el primer acto, llegó lo que parecía inminente: Miguel Gutiérrez asiste a Portu dentro del área, que hace un quiebro que descoloca a Starfelt y define de forma brillante con un tiro raso por la esquina inferior izquierda. Pudo meter el segundo Tsygankov, pero el balón se fue por encima del larguero.
Viendo el mal rendimiento, el Celta adelantó líneas y Aspas cayó a banda derecha y Douvikas como jugador más adelantado. Con esta modificación, llegó un aluvión de ocasiones claras. A la media hora, un cabezazo de Larsen a centro de Mingueza se estrelló en el larguero y un minuto después el atacante griego desaprovechó un mano a mano con Gazzaniga. Douvikas también falló cuando le robó un balón a Arnau y dentro del área hizo un tiro blando que paró sin problemas el portero argentino.
Sin reacción en el segundo tiempo
Pese a las buenas sensaciones antes del descanso, las oportunidades claras brillaron por su ausencia en el segundo acto. El encuentro se volvió muy disputado, con mejoría de las defensas y ataques más erráticos. Con 0-1, el público de Balaídos mostró su enfado cuando Benítez dio entrada a Jailson por Luca. Nada mejoró y la sensación de impotencia fue la tónica habitual. Desesperación en el campo y en la grada. Ahora la pelota queda en el tejado de la directiva que preside Marián Mouriño. Para un número importante de aficionados la mejoría pasa por un cambio de entrenador. Veremos que ocurre en las próximas horas.