El bajo del Ventorrillo, precintado después de que los inquilinos abandonaran el inmueble
Las protestas vecinales en torno al local del número 13 de la calle Monasterio de Bergondo pedian el desalojo del inmueble en el que decían que se trapicheaba con droga
A Coruña
Los inquilinos del bajo numero 13 de la calle Monasterio de Bergondo, en el Ventorrillo, han decidido abandonar el inmueble tras las protestas de los vecinos por el trapicheo de drogas. El dueño del inmueble lo ha precintado esta mañana. El bajo tiene en la entrada un aviso de la Policía Local, que está vigilando la zona.
La alcaldesa Inés Rey, llama a la paciencia de los vecinos en estas situaciones. Explica que las actuaciones policiales son complejas y requieren de un tiempo de vigilancia y discreción.
Tras las protestas del lunes, una patrulla de la policía local vigilaba el bajo del número 13 de la calle Monasterio de Bergondo. Los ciudadanos se habían concentrado ante el local, provistos de silbatos y cacerolas, para exigir su marcha y el refuerzo policial en la zona. Residentes en el edificio del bajo afirman que los robos en comercios y coches, los tirones de bolsos y la presencia de jeringuillas y el ruído nocturno son continuos.
La movilización, convocada a través de redes sociales y Whatsapp, tiene lugar después de la producida en Monte Alto también ante un bajo donde se consumían estupefacientes, según las denuncias vecinales. La Asociación de Vecinos del Ventorrillo apoya las demandas de los vecinos, aunque puntualiza que la movilización no fue una iniciativa suya.
La entidad señala que el viernes mantuvo una reunión con responsables del área de seguridad del Concello y de la Jefatura Superior de Policía para abordar la situación mediante refuerzo policial y gestiones con el propietario del local. El bajo está alquilado por dos personas, según José Ángel Souto, presidente de la asociación.
Hasta cuatro patrullas de la policía nacional se desplazaron ayer hasta la calle y varios agentes se apostaron ante la puerta del local para evitar un posible acceso al mismo, según cuentan asistentes a la protesta. La situación se prolonga desde hace años, pero sobre todo desde la pandemia, denuncian los vecinos.
La concejala de Seguridad y Atención Ciudadana, Montserrat Paz,ha hecho esta mañana un llamamiento a la calma y pide que se deje trabajar a la policía y a la justicia. Advierte de que las consecuencias de acciones fuera del marco legal pueden ser "irreparables".
El Ayuntamiento ha solicitado refuerzo de la policía nacional en O Ventorrillo.
