Los jóvenes lucenses buscan alternativas al alquiler de pisos
Arrendar casas en el rural, retrasar la emancipación o viviendas prefabricadas son algunas de las opciones por las que se decantan
¿En qué está cambiando el acceso de los jóvenes a la vivienda?
Lugo
El índice de precios de alquiler de la vivienda establece los límites ideales, no reales, de cuánto debería costar un alquiler en Lugo dependiendo de las características del inmueble. La capital concentra los precios más elevados, pero no cumple los requisitos para considerarla zona de alquiler tensionado, como si pasa en otros concellos como Begonte. En este municipio el precio de la vivienda se ha disparado en los últimos años por la relación entre la oferta y la demanda.
La falta de inmuebles disponibles para alquilar, e incluso comprar, marcan el acceso al mercado de la vivienda de las generaciones que están en el momento vital de emanciparse. Lo notan tanto en la costa como en el interior. En A Mariña el alquiler residencial en los concellos más turísticos es la excepción en un mapa lleno de pisos vacacionales, y en el interior las casas se quedan vacías y cerradas, incluso se caen, sin que se saquen al mercado.
Pocas opciones y caras en la costa
Hugo vive en Burela, en la casa de sus padres. Se planteó irse a vivir solo, y estuvo a punto de hacerlo, pero finalmente se echó atrás porque le surgió la oportunidad de hacerse autónomo y las cuentas no le salían. "Cuando me hice autónomo", dice, "se me hacía vertiginoso enfrentar todos los gastos y el alquiler de un local junto con lo que tenía que pagar por una vivienda para mí, el coste de la vida y ya no hablamos de ahorrar".
En todo caso, a él lo que le convencía era comprar, aunque "viendo los precios parece que todo te acaba llevando al alquiler". Después mucho buscar acabó por desistir: "Las opciones que había para comprar no valen lo que piden por ellas, además de que después tienes que meter mucho dinero para la reforma". Al final a lo que más se acercó fue a "poner una casa móvil o una prefabricada en un terreno familiar". Asegura que para el era "la opción más potable".
Se decantó por el alquiler Cristina Paz, enfermera residente en Foz, pero tampoco lo tuvo fácil. Relata que le costó mucho encontrar un piso "decente" a un precio asequible, y sobre todo uno en el que pudiese quedarse todo el año. "Aquí hay mucha variedad de pisos, eso sí", explica, "pero de septiembre a mayo porque después en verano lo alquilan para vacaciones y te tienes que ir".
La otra opción es "pagar mil euros en esos meses o volver a casa". Cuenta que vivió hasta en tres pisos en un año, hasta que encontró el suyo tras una búsqueda exhaustiva: "Me sabía todas las opciones de memoria". Ha notado como los precios están disparados, y echa la culpa al alquiler vacacional.
Casas vacías en el rural
Aunque no es lo habitual, en el interior de la provincia cada vez son más las personas que se interesan por alquilar casas en el rural. Es el caso de Borja, Saleta y Santi, que viven juntos y de alquiler en una casa de O Cádavo. No lo hacen por motivos económicos, aunque sí son conscientes del ahorro que les supone. "Yo vivía en un piso compartido en Lugo y pagaba más sola que lo que nos cuesta ahora a los tres juntos", dice Saleta.
Tienen que coger el coche para hacer gestiones como ir a la compra o al médico, pero lo que gastan en combustible para desplazarse, aseguran, queda más que compensado. Los tres trabajan en la zona, dos de ellos son veterinarios y el otro biólogo, pero coinciden en que aunque trabajasen en la ciudad seguirían viviendo en O Cádavo: "Poder tener animales o salir de casas y estar en la naturaleza para pasear nos encanta, pero tienen que gustarte, eso es indispensable".
El problema es que no hay mucha oferta de casas para alquilar, les costó dar con la suya, y tampoco para comprar, que es por lo que se acaba de decidir Borja. Con lo que se ha encontrado es con que no hay oferta en las plataformas inmobiliarias, sino que "hay que ir por los pueblos y preguntar, es la única forma". El condicionante es, por otra parte, que son casas "muy grandes porque antiguamente vivían familias enteras en ellas, con terreno y que necesitan reforma", así que se piden por ellas precios muy elevados.
Lo mismo podemos extrapolar a otras zonas del interior de la provincia de Lugo. Patricia buscó durante meses una casa para alquilar junto con su pareja en la comarca de A Ulloa, pero fue "una odisea, y además con final triste", porque terminó por alquilar un piso en el núcleo urbano de Palas de Rei.
Coincidió además que conoce a otras parejas con las mismas intenciones, y la conclusión que sacan es que hay varios problemas. Apunta en primer lugar a una "falta de hábito de alquilar en el rural". A esto se le suma que muchas casas están deshabitadas la mayor parte del año, pero los propietarios no quieren renunciar a ellas: "A lo mejor vienen solamente quince días en verano, pero quieren conservarlas porque emigraron y es la casa familiar a la que vuelven en vacaciones, cosa que comprendo perfectamente".
El otro gran factor limitante son las casas que han sido abandonadas y no reúnen las condiciones mínimas para poder ser habitadas: "Se han quedado paradas y lo que sucede ahora es que directamente se caen". Cree que entre las generaciones que acceden al mercado laboral alquilar una casa es una opción que cobra fuerza y es atractiva, pero que se encuentra con muchas trabas. "Es una situacion triste", dice, "porque todo esto tira para atrás y este posible cambio generacional se encuentra con un muro que es muy difícil de saltar".