Los síntomas de la menopausia tienen tratamiento y se pueden combatir
Sigue habiendo muchos tabús al respecto y especialmente sobre cómo afecta a las relaciones sexuales
Lugo
A pesar de que los avances sociales han puesto también en la conversación pública temas como la salud femenina, hay algunas cuestiones que siguen siendo tabú. La menopausia es una de ellas, lo que deriva en un infratratamiento de los síntomas que provoca y que pueden significar no solo una pérdida de calidad de vida de las mujeres sino también de su esperanza de vida, porque está relacionada con mayor riesgo de fracturas óseas y osteoporosis.
¿Por qué las mujeres no hablan de la menopausia?
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Ezequiel Cardoso, ginecólogo en el Hospital da Mariña y en la Clínica Ribera Polusa de Viveiro, lo ve cada día en la consulta: "Lo que más se escucha es el me aguanto". Directamente las mujeres a las que trata no consultan sobre la menopausia, y asegura que muchas incluso al preguntarles específicamente por los síntomas los niegan, a pesar de que tras un reconocimiento se hacen patentes. "Solo cuando los detectas y se lo dices los reconocen", cuenta, "pero aún así insisten en que prefieren aguantar antes que tratárselos".
Cristián Martín, de Matronas e Nais, apunta que ya no solo la palabra menopausia, sino "todos los síntomas que rodean esa perimenopausia que la precede están totalmente silenciados por la sociedad y provocan una pérdida de calidad de vida en las mujeres".
Van más allá de los sofocos y la sequedad vaginal, que son los más conocidos. También se incluyen el cansancio, la caída del pelo, la irritabilidad, la redistribución de la grasa corporal o la dificultad para conciliar el sueño. "No es normal que una mujer de 55 o 60 años tenga pérdidas de orina", apunta, "sino que es algo que hay que investigar para encontrar la causa y establecer un tratamiento".
Afecta a las relaciones sexuales
A pesar de que detrás de la palabra menopausia se esconden por pudor o estigmas muchas cosas, para el ginecólogo Ezequiel Cardoso, "el mayor tabú es sin duda la esfera sexual", que con la llegada de la menopausia "se trastoca completamente". Esto no quiere decir que sea una cuestión inapelable que hay que asumir, sino que se trata de buscar las alternativas médicas que permitan sentir placer a pesar de la sequedad o la atrofia vaginal.
La falta de lubricación natural, que provoca que la penetración sea dolorosa, la pérdida de la libido o la dificultad de alcanzar el orgasmo son condicionantes que con la llegada de la menopausia se introducen en la vida de las mujeres. Para Cardoso el principal problema es que "muchas veces se entra en un círculo vicioso de que como es molesto se deja de practicar sexo, y como no se hace deja de apetecer, así que termina por evitarse de forma permanente cuando para nada tiene por qué ser así".
Explica que hay numerosos tratamientos a los que se puede acudir, desde "lubricantes convencionales a hidratantes vaginales específicos para la menopausia" hasta "lo que son los estrógenos locales como tal o tratamientos de vía oral que hacen efecto a nivel local".
Añade además que no es el único ámbito que lastra una menopausia sin tratar, sino que los síntomas pueden afectar también a la vida personal y profesional. Por eso insiste en que, a pesar de la reticencia que la mayor parte de las mujeres muestran ante un tratamiento hormonal, es bueno al menos "probar y darle una oportunidad, porque puede marcar un antes y un después".