Eduardo Sáenz de Cabezón: "La inteligencia artificial exige conocerla para aprovecharnos de ella"

Ferrol

Conocido por conducir Órbita Laika en TVE y reconocido por su trayectoria como profesor universitario, Eduardo Sáenz de Cabezón (Logroño, 1972) hace escala en Ferrol, donde profundiza en la emergencia de la inteligencia artificial invitado por la Cátedra Jorge Juan, que promueven Universidad de A Coruña y Armada.

El Campus ferrolano acoge la ponencia del divulgador científico, que antes del evento afirma en una entrevista que no es un fenómeno "lejano, ya lo tenemos muy presente", y señala que cuando "alguien habla con su móvil", al hacer una búsqueda en internet o ver una serie "hay un algoritmo de inteligencia artificial" detrás.

"Es un mundo que evoluciona muy rápido, cada día tenemos nuevas aplicaciones; algunas llaman mucho la atención, como las de medicina o prevención de enfermedades mentales, y otras no son tan positivas", reconoce el riojano.

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Sáenz de Cabezón coincide en limitar la "capacidad de decisión de los algoritmos", cuyo desarrollo "muy rápido" se ejemplifica en modelos como el ChatGPT, que cree que sirvió para reconocer la necesidad de que se "pare un poco el desarrollo, que no podemos asumir los cambios que se nos vienen encima".

Ve un "mundo interesante por delante en el que vamos a tener que tomar muchas decisiones", pero matiza que fue el "advenimiento de internet" el verdadero "cambio poderoso" del último siglo.

"Cambió nuestra sociedad completamente, no sé si la inteligencia artificial será un cambio de paradigma tan profundo", dice el comunicador, que pide "saber llegar antes, formarnos sobre el tema", con el objetivo de que cuando "estas herramientas lleguen a nuestra vida y tengamos que posicionarnos lo hagamos con una reflexión previa".

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Y es que Eduardo Sáenz de Cabezón pone el acento en que no se trata de "reaccionar" al instante, sino a partir de un proceso pausado, pero cree que hay motivos para el optimismo porque detecta "interés" en estos asuntos.

Alude a su programa, un Órbita Laika que tiene "índices de audiencia muy buenos y críticas buenas", como ejemplo de "un interés palpable en la población", un dato que dice "mucho ante tantas voces quejándose; tenemos un nivel formativo en lo cultural y científico".

Su mensaje es nítido, "el conocimiento da libertad", así que si la sociedad quiere "capacidad de elegir el conocimiento nos lo va a dar", una invitación a agitar el cerebro que extiende a unas administraciones que se "están atreviendo" a innovar en este ámbito pese a que su "falta de agilidad lastra un poco".

Y una última advertencia contra la idea de que las máquinas sustituirán a hombres y mujeres en demasiadas tareas: "En algunas labores está bien, igual que está bien que dos personas que llevaban a una autoridad en un carro tirado por tracción humana tengan un coche".