Cómo puede influir la presión social en las decisiones que tomamos: el caso Pedro Sánchez

Lugo

Saber quiénes somos dentro de un colectivo es cada vez más difícil. Y es que los expertos aseguran que la presión social, la suma de todos aquellos factores humanos, sociales o económicos que nos rodean influyen en la forma de actuar, decidir, pensar o hablar. ¿Ha sido entonces la presión social la responsable de que Pedro Sánchez siga al frente del gobierno de España?

Pues saberlo es imposible. La psicóloga Marta Meijide explica que cada caso es un mundo y como no estamos ni en su cabeza ni entre las personas que componen los círculo más próximo, nunca podrá saberse, a menos que él mismo lo diga, los motivos por los que después de cinco días de "parar y reflexionar" Sánchez siga en Moncloa.

Decenas de miles de personas recorrieron las calles de España, pero el centro neurálgico estuvo en Ferraz. Allí durante el fin de semana simpatizantes gritaron por la continuidad del presidente al frente del país. Bailes, lágrimas, pancartas y ambiente festivo que se quedarán para la posteridad gracias a la viralidad de las redes sociales.

¿Han podido las estrofas de canciones como "Quédate", "Perra" o "Pedro, Pedro" empujar a Sánchez hacia el camino de permanecer? Pues puede que sí o puede que todo estuviese pensado. La psicóloga lucense, Marta Meijide, explica que las personas que nos rodean y sus pensamientos pueden hacernos cambiar "hasta de valores".

Dice que esto no tiene que ser entendido como algo malo, el problema radicaría si un individuo toma una decisión sin estar convencido de ella y simplemente lo hace por el qué dirán. "Hay veces en las que las personas deciden una cosa, venden de cara a fuera una posición, con la que no están de acuerdo. Es ahí cuando aparece una sensación de malestar importante porque hay una lucha interna entre quién digo que soy y quién realmente querría ser", explica.

¿Razón o corazón?

Las decisiones han de tomarse de forma racional, o eso dicen, pero no siempre es así. La experta explica que un individuo puede ser resiliente, capaz de soportar presiones ajenas y primar la razón al corazón. Sin embargo, no todo el mundo sigue el mismo patrón. En el caso de Sánchez entra en juego una tercera persona: su mujer.

El presidente del gobierno, caiga mejor o peor, si por algo se caracteriza es por haber demostrado una alta de capacidad a resistir, pero esta vez es diferente. El ataque no es contra su persona, es contra su familia. "La resiliencia se puede entrenar. Hay personas que son más resistentes que otras porque como en todo hay una predisposición, un rasgo del carácter, que ayudará a serlo. Sin embargo hay quien está predispuesto a todo lo contrario, a ser más vulnerable. Y nosotros podemos saber cómo gestionar una situación, pero no podemos gestionarla por los demás".

Ver a una persona que queremos sufrir, pasarlo o mal o simplemente creer que es injusto que tenga que vivir determinada situación "por mi culpa" es muy complejo. Y es aquí donde la razón pasa a un segundo plano.