Dagauh Komenan, Doctor en Historia Contemporánea: "Un refugiado climático debería tener los mismos derechos de asilo que alguien que huye de una guerra"
Especializado en Relaciones Internacionales y Migraciones, Komenan afirma que actualmente son cerca de 8 millones de personas las afectadas por la crisis climática en la zona del Sahel
Vigo
La estrecha relación entre el cambio climático y las migraciones del Sahel, zona al sur del desierto del Sahara, están más presentes que nunca en Vigo. Amnistía Internacional ha acogido este miércoles una conferencia a cargo de José A. Bautista, periodista y Dagauh Komenan, doctor en Historia Contemporánea y especializado en las relaciones internacionales entre el Sahel y la Unión Europea. El encuentro ha tratado de poner el foco en los denominados refugiados climáticos, y que suman actualmente entre 6 y 8 millones de personas de los países que forman esta zona enmarcada al sur del desierto del Sahara siendo transición hacia la sabana africana.
Aunque no se reconozca el estatuto de refugiado climático hay una implicación entre los fenómenos climáticos extremos y los movimientos humanos, especialmente, del Sahel, con sequías pronunciadas seguidas de inundaciones y que afecta directamente a su economía, basada principalmente en agricultura y ganadería. "Son entre 6 y 8 millones de personas las afectadas por los efectos del cambio climático, contando también con el caso de Senegal, que es una potencia demográfica", asegura Komenan.
Refugiado climático
Para Komenan, el incremento de personas que llegan a territorio español, especialmente a las costas del archipiélago canario en estos últimos años, está relacionado con las crisis políticas y sociales en sus países de origen, pero también por los efectos que están teniendo el cambio climático en toda la zona central africana. Por ello, pide que, a la hora de que un refugiado climático solicite un asilo, éste tenga como la de un refugiado de guerra. "Un refugiado climático tiene los mismos derechos que alguien que huye de una guerra y ese factor debería tomarse en cuenta cuando se evalúe la situación de solicitud de asilo de una persona. Esta población no quiere marcharse de sus tierras, lo hacen porque se encuentran en una situación de desesperación, al igual que otros que escapan de los conflictos", explica.
Importante dice, Dago que las soluciones no solo venga del exterior, de Europa, sino también de los propios países africanos. Hacen falta medios, pero también voluntad. Pone como ejemplo el proyecto de la Línea Verde, en marcha desde 2009, una iniciativa a la que se la llama La Gran Muralla Verde, de reforestación para evitar el avance del desierto del Sahara, un proyecto grande y ambicioso que podría cambiar la vida de millones de personas ante los efectos del cambio climático. "No ha llegado a ningún sitio, principalmente, por la falta de financiación y porque los países africanos no apuestan por soluciones propias", afirma Komenan.