Una familia de Trabada se niega a firmar el alta del HULA hasta que no se garantice el tratamiento adecuado
Denuncian que "de un día para otro" se pasó de querer internar a la paciente porque necesitaba rehabilitación integral a mandarla a casa
Mario Cotón, hijo de la paciente: "Solo pedimos no se condene a una mujer que trabajó hasta ahora"
09:19
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1723565469643/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Lugo
Desde el 14 de junio una mujer natural de Trabada permanece ingresada en el Hospital Universitario Lucus Augusti, tras haber sufrido una hemorragia cerebral. Marco Cotón, su hijo, explica que los neurocirujanos que supervisaron su evolución en estos dos meses consideraron en todo momento que lo adecuado para ella era que fuese internada en un centro para recibir rehabilitación cognitiva y física. Ahora, al darle el alta y "de la noche a la mañana", desde el HULA limitan el tratamiento a rehabilitación ambulatoria y proponen enviarla a casa.
"Rehabilitación ambulatoria", explica Marco Cotón, "significa tener que meterla en una ambulancia desde Trabada, nosotros somos de una zona rural, y recorrer todos los pueblos que hay por el camino para que reciba sesiones de fisioterapia, porque no hay servicio ni personal en Burela para cubrir el resto de tratamientos que necesita". No están de acuerdo con este cambio de rumbo, así que se niegan a firmar el alta hasta que se les comprometa el tratamiento que los médicos habían indicado antes.
"Desde el principio nos pautaron y nos dijeron que la meterían interna porque es lo que necesita, pero ahora cambian de idea de un día para el otro y sabiendo que en Burela no hay médicos para darle el tratamiento que propusieron siempre", continúa. Entiende que este cambio repentino de criterio, que desde el Hospital justifican diciéndoles que la paciente no cumple los requisitos para entrar en el programa que ofrecen a través de un convenio con un hospital privado, responde a "criterios económicos, y no médicos".
A su entender, con esta decisión están "condenando" a su madre: "Tiene 64 años, trabajó toda su vida hasta justo antes de que sucediese esto, y solo pedimos que se le intente dar una recuperación que le permita tener una vida digna". Transmite su frustración mientras ven que da señales de recuperar la movilidad y las funciones cerebrales, pero ven a la vez que no se le da acceso a la recuperación cognitiva que podría ayudarla. Además se muestra preocupado por el paso del tiempo porque, según les dicen los médicos, los primeros seis meses son fundamentales.
Carencias en el tratamiento del DCA
El Sergas ofrece estos programas de recuperación integral en una estancia de internación en un centro, a través de convenios con entidades privadas. En este caso, la paciente sería derivada al Hospital Polusa, en Lugo, pero no cumple los requisitos. Desde ADACE, la Asociación de Daño Cerebral de Lugo, trasladan que, efectivamente, lo habitual es que las personas con DCA reciban tratamiento físico a través de sesiones de fisioterapia dentro del sistema público, pero muy pocos acceden a la rehabilitación cognitiva.
"En muchos casos terminan buscando estos tratamientos en la sanidad privada", explica Iria Abel, trabajadora social y directora de la asociación, "porque la sanidad pública si que cubre la recuperación física, pero no la cognitiva", a pesar de que es "fundamental" para que se produzcan mejorías.
Lo entiende como una carencia de la sanidad pública porque "es muy difícil que un paciente recupere la movilidad si no puede entender y recordar las órdenes que le da el fisioterapeuta". Las dos cosas deberían ir de la mano para que se produzcan avances, dice, y en este sentido señala que los pacientes no cuentan con los recursos necesarios en los hospitales públicos.