La Justicia investiga en Vigo al presidente de los comuneros de Cabral y a otras dos personas
Las obras fueron denunciadas por la Asociación de Vecinos e Empresarios de Cabral en octubre del año pasado y el Seprona
Imagen de archivo de las protestas de Aveeca en la iglesia de Santa Mariña de Cabral
El juzgado de instrucción nº4 de Vigo ha admitido a trámite una querella presentada por la Fiscalía, e investiga la posible comisión de un delito medioambiental vinculado a unos movimientos de tierras en el nacimiento del río Lagares.
Según han confirmado fuentes judiciales, en el marco de este procedimiento están investigadas tres personas, el presidente de los comuneros de Cabral, un constructor vinculado a éste y un ciudadano rumano.
Con todo, ninguno de ellos ha citado a declarar todavía, ya que el juez ha solicitado un informe técnico a la Xunta de Galicia sobre los hechos denunciados por la Fiscalía, y esperará a disponer de este informe antes de escuchar a los investigados.
Precisamente, la Dirección Xeral de Patrimonio Natural incoó un expediente sancionador contra la Comunidad de Montes de Cabral por esas obras ejecutadas en el nacimiento del río Lagares. La propuesta de sanción es de 98.500 euros. Las obras fueron denunciadas por la Asociación de Vecinos e Empresarios de Cabral en octubre del año pasado y el Seprona de la Guardia Civil también había puesto los hechos en conocimiento de la Xunta.
Así, se abrió un expediente relativo al proyecto de los comuneros de "obras de recuperación de terreno, construcción de muros de contención con un nuevo paso, mejora de presa y ampliación de paso existente en el Aero Club de Vigo".
Augas de Galicia advirtió de que dicho proyecto "obvia las afecciones sobre el patrimonio natural" y, avanzados los trabajos, el Seprona confirmó que se trataba de "obras muy agresivas" sobre el río, aguas arriba de la zona de la Lagoa de Mol, donde se solicitaba la autorización. Asimismo, la Guardia Civil confirmó que se había desviado el cauce del río con una máquina excavadora y que se habían arrancado numerosos pies de árboles de ribera, en un tramo de unos 250 metros.
