¿Por qué cierran las pescaderías?: "Los jóvenes creen que pueden permitirse el lujo de no saber cocinar"

Lugo

En los últimos años el consumo de pescado ha bajado en 9 kilos por persona en Galicia, y cada vez se ven menos pescaderías de barrio, de las de toda la vida, que mantengan la reja levantada. Desde el 2007, cuando había más de 15.000 mil en toda España, se han reducido en aproximadamente un tercio y ahora la cifra se sitúa por debajo de las 10.000. Son datos que recoge Fedepesca, la Federación Nacional de Pescaderías Tradicionales, y a los que pone voz su presidenta, María Luísa Álvarez: "Estamos perdiendo un activo único en Europa".

Lo que ocurre, explica, es que consumo y oferta se reducen mutuamente: "Cuanto menos pescado compramos, más pescaderías cierran, y como cada vez hay menos establecimientos para adquirirlo dejamos de comerlo". La bajada de consumidores es muy significativa entre las nuevas generaciones, lo que le resulta paradójico. "Vivimos en un tiempo", desarrolla María Luísa Álvarez, "en el que se le da mucha importancia al aspecto y al bienestar físico, por eso no comprendo que se deje de lado un producto que es oro para este tipo de cuestiones".

Para ella la explicación más evidente es que los jóvenes prefieren evitar el contacto directo a la hora de hacer la compra: "Las nuevas generaciones están mucho mas cómodas en el mundo online y delante de un mostrador se sienten inseguros". En realidad cree que debería ser al revés, porque "el profesional les va a dar una información que necesitan de forma personalizada".

Esa es precisamente una de las fortalezas de una red de pescaderías que se resiente y que conlleva la pérdida "de una profesionalidad y un trato de mucha calidad". Está demostrado quecuando vamos a una pescadería compramos un 25% más de producto por la confianza y la seguridad que sentimos y encuentra "una mala noticia" que desaparezcan los comercios de productos frescos "para la dieta de todos y todas".

¿El pescado es un producto difícil?

En la calle se confirman las conclusiones de la presidenta de Fedepesca. Todos los jóvenes preguntados reconocen que les da "reparo" o "vergüenza" ir a la pescadería y la evitan. Algunos prefieren "comprar pescado envasado" porque evitan tener que preguntar o pedir. Esa es, de hecho, la barrera que se resistan a superar: "No tengo ni idea, de cantidades ni de nada, y por eso no suelo ir".

"A mí me da vergüenza preguntar cómo se cocina o si me lo pueden limpiar, sobre todo si hay gente esperando", reconoce una joven. Del otro lado del mostrador un pescadero reconoce que es "muy raro" que la gente joven se acerca a comprar: "Son sobre todo personas mayores y siempre que vienen chavales me sorprende". Añade que es habitual que pregunten cómo se cocina: "Se lo explicamos tranquilamente y sin ningún problema".

Sumando la falta de tiempo para cocinar, la pereza de hacerlo o la falta de conocimientos y siguiendo con su análisis, María Luísa Álvarez pronostica los problemas que derivan de todos estos factores: "Los jóvenes creen que pueden subcontratar la alimentación y permitirse el lujo de no saber ni cocinar ni escoger sus productos, y eso a la larga tendrá repercusiones sobre su bienestar físico y mental".

¿Por dónde pasan las soluciones? Desde Fedepesca apuntan varias líneas a desarrollar para evitar el cierre de estos establecimientos, como la reducción del IVA del pescado o la digitalización de la red de pescaderías. Sin embargo lo principal, en opinión de su presidenta, es la pedagogía. Cree que es necesario y urgente "romper con esa falsa percepción de que es un producto difícil de comprar y de cocinar".

Apunta, en primer lugar, que hoy en día hay posibilidad de adquirirlo "a través de Whatsapp o correo electrónico" y asegura que ella lo hace habitualmente. Aunque lo ideal es, a su parecer, acudir a la pescadería "porque vas a disfrutar del mayor espectáculo de la preparación en directo y además te asesoran estupendamente".

En ese caso, continúa, "ya nos lo llevamos a casa sin espinas y listo para hacer a la plancha, al horno y por supuesto también en la freidora de aire". Termina su argumentación asegurando que el pescado se cocina "en menos de diez minutos".

Toda esta información no acaba de llegar a los más jóvenes, que tienen otra percepción de uno de los productos de mayor valor nutricional del mercado, y el precio tampoco ayuda, aunque sobre ese asunto matiza que "porcentualmente es uno de los alimentos que menos ha subido de precio a causa de la inflación".