El Caudal Fest y la Copa Galicia disparan los precios de los hoteles en Lugo
Quedan pocas habitaciones libres, y las que hay no bajan de los 500 euros
El Caudal Fest y la Copa Galicia disparan los precios de los hoteles en Lugo
Lugo
La ley de la oferta y la demanda, el libre mercado y la forma en la que se regula tiene consecuencias tan palpables como que dormir un fin de semana en Lugo pueda costar hasta 700 euros para dos personas. Los precios por pernoctar por el Caudal Fest y la Copa Galicia en la capital de la provincia se disparan, llegando a costar hasta tres veces más que en cualquier otra fecha.
El economista lucense Luis Piñeiro explica que este tipo de eventos son "a grandes rasgos algo positivo" para la ciudad al funcionar como dinamizadores económicos. Esto es fácil de entender: la gente viene, conoce la ciudad, se queda y gasta. Sin embargo, no en todos los municipios pasa lo mismo.
Piñeiro explica que en lugares masificados, como sucede ya en al costa lucense, "la gallina de los huevos de oro comienza a ser un problema que no se sabe cómo atajar porque terminas por adaptar el lugar a los que vienen y dificultas el día a día para el lugareño".
Alquileres a precios desorbitados, tabernas absorbidas por cadenas, multinacionales que implantan horarios contra los que el pequeño comercio no puede luchar... La burbuja del gasto crece a un ritmo que no lo hacen los salarios y por eso la brecha entre los que pueden seguir el ritmo que marca el mercado y los que no es cada vez más grande.
Burbuja festivalera
A los festivales de música les está pasado como al universo de los podcast: Hay más de los que cualquier ser humano pueda consumir. La oferta es tal que se convierte en algo inabarcable. Los grupos cada vez están más manidos cuando llega el final del verano, lo raro es no haber tenido la oportunidad de verles, pero no por ello se hacen menos atractivos.
Ir a un festival ya no es para escuchar música o ver a un grupo concreto. Ahora es moda. Como un ritual, outfits cantosos, botas cowboy, purpurina y peinados de lo más laboriosos. Al rededor de un evento musical de este calibre se desprende una gran actividad económica directa e indirecta.
¿Puede llegar a controlarse? Es muy complicado. Al igual que las revendas, intervenir el mercado, fijar topes o controlar precios sentaría un precedente dentro del sistema que podría desbarajustarlo todo, pero seguir viéndolo pasar desde la barrera tampoco puede ser la situación.
El economista lucense tira de retranca y aporta una gran solución para equilibrar la balanza :"ser más románticos y volver a esos festivales en los que la tienda de campaña era la protagonista".
Sara Meijide
Redactora de Radio Lugo