Sociedad

Desde "es de mala educación" hasta "los que no fumen que se sienten dentro": Las opiniones sobre prohibir fumar en las terrazas

Antón Penas, médico de la Unidad de Tabaquismo del HULA, recuerda que "fumar no es un derecho" y señala que "nadie estaría aguantando ventosidades en la mesa de al lado"

Desde "es de mala educación" hasta "los que no fumen que se sienten dentro": Las opiniones sobre prohibir fumar en las terrazas

Lugo

La Unión Europea y el Gobierno de España avanzan en la línea de limitar por ley los espacios e los que se puede fumar y los que no. Las terrazas o los parques son las propuestas, y en la calle son muchos los que se muestran favorables a ello. "Sé que los que fuman me van a odiar, pero yo estoy a favor de que lo prohíban, porque me parece casi de mala educación", comenta una vecina.

Incluso los que son conscientes de lo que significa ser fumador lo ven con buenos ojos: "A mi no me molesta porque fui fumadora, pero por el bien de los demás me parece bien que lo prohíban, yo dejé de fumar hace 15 años y lo recomiendo radicalmente". Otros creen que antes que una prohibición debería ser una cuestión de saber estar: "Si es en una terraza vacía y no molesta, tampoco lo veo un problema, debería ser más educación que que lo prohíban".

En el otro lado del espectro están los que se sienten perjudicados con la medida. Sentado delante de un café y con un cigarro en la mano, un fumar sentencia que "los que no fumen se vayan dentro, que nos dejen a nosotros respirar el humo". Entiende, eso si, que "sobre todo si hay niños o personas mayores hay que tener más cuidado", pero cree que deberían "dejarnos fumar por lo menos en la terraza tomando un café con leche o una cerveza, que entra estupendamente".

Fumar no es un derecho

Antón Penas, médico de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Universitario Lucus Augusti, cree que limitar los espacios donde se puede fumar es "un paso más para conseguir que el tabaquismo desaparezca". Entiende que prohibirlo de repente no es una opción, porque son millones las personas "que consumen una sustancia que es adictiva, la nicotina, y no se puede cortar así como así", pero cree que "imponer medidas restrictivas es positivo".

Lo primero que deja claro es que "existe la libertad de fumar, pero no es un derecho". Entiende que "un fumador es molesto" porque produce humo que además de ser "como mínimo irritante" contiene sustancias tóxicas para la salud y que un problema individual no tiene por que recaer en terceros. "Nadie aguantaría a una persona echando ventosidades en la mesa de al lado", sentencia.

"Tenemos que tener en cuenta varias cosas", apunta. En primer lugar que "fumar no solo es molesto, sino un problema de salud para el fumador, que tiene una adicción, pero que no es culpa de los demás". Además "es un problema de salud pública importante, fuma el 20 por ciento de la población en números redondos, pero eso también quiere decir que el 80 por ciento no lo hace, y no podemos permitir que una minoría provoque un problema de salud al resto", señala Penas.

Recuerda además que "cuando empezó lo de no poder fumar dentro de un bar la gente se rasgaba las vestiduras, y ahora está asumido" y apunta que "la satisfacción por fumar es muy rápida, todo el mundo sabe que con dos caladas le llega, por lo tanto si en un momento dado tiene que fumar puede alejarse un momento dar unas caladas y volver, pero no puede hacerlo en un sitio concreto, donde hay gente y sobre todo niños".

Los problemas de los vapeadores

Según el criterio del gobeirno, los vapeadores van en el mismo paquete que el tabaco convencional a la hora de limitar su consumo. Antón Penas señala que el problema es el mismo, porque "no solo produce un vapor que es irritante, sino que no sabemos que sustancias contiene cada vapeador en concreto". Los ve además como una vía de acceso de los más jóvenes al tabaquismo, porque "los ven inofensivos, empiezan con ellos y terminan con el cigarro en la mano".

Recomendación para dejar de fumar

Los vapeadores tampoco son una alternativa para dejar de fumar: "No ayudan porque se mantiene la mecánica y la gestualidad de fumar y es muy posible que se termine volviendo al cigarro". Para dejar el tabaco lo primero, dice, "es querer". Hay que intentar controlar el propio consumo y cuanto menos mejor.

Según el médico la mejora forma es uno por uno: "Solo existe el cigarrillo del momento, da igual lo que te hayas fumado antes, la necesidad imperiosa de fumar es momentánea y puntual, y si me esfuerzo y me la salto igual aguanto dos horas". "No es el proyecto de dejar de fumar mañana", matiza Penas, "sino el aguanto un ratito y ese cigarrillo igual ya no me lo fumo".