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Celta-5 Real Madrid-1

El día que el Celta bailó al Real Madrid al ritmo de Penev y Mostovoi

El búlgaro metió un hat-trick y el Zar marcó un gol y dio tres asistencias

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Hay que remontarse al 11 de mayo de 2014 para encontrar la última victoria en Liga del Celta contra el Real Madrid. Fue en la jornada 37. Luis Enrique dirigía a un equipo que fue de menos a más y que acabó incluso ganando con solvencia al Real Madrid. Dos derechazos de Charles pusieron un 2-0 en el marcador que, incluso, pudo ser más amplio.

A partir de ese partido, el Celta comenzó una travesía en el desierto con derrotas en todas las visitas blancas en todas las temporadas salvo en la 17-18 en la que Unzué logra empatar 2-2 contra los blancos e incluso pudo ganar el partido porque Aspas falló un penalti en el minuto 72. Pero desde la 2014-2015 derrotas bastante contundentes 2-4, 1-3, 1-4, 2-4, 1-3, 1-2, 1-4. Todas salvo la polémica del pasado año porque la actuación del VAR fue controvertida. El Celta había marcado con gol de Larsen, el árbitro lo había dado pero el VAR, bastante tiempo después pide revisar una polémica e inexistente falta de Larsen a Kepa. Al final lo acaban anulando. El Real Madrid consiguió el gol de la victoria en un córner aislado en el 82 con gol de Joselu.

Pero en el recuerdo está una temporada: la 98-99. Un Celta casi irrepetible asaltaba el Bernabéu y rompía una racha que duraba desde la temporada 47-48 en la que el Celta venció 2-4 en Chamartín. Ese 1-2 y el repaso del Celta a los blancos fue fantástico. Santi Segurola titulaba en El País: El Celta triunfó con un gran fútbol. Los de Víctor Fernández se ponían líderes de Primera.

Pero si esa fue una victoria de campanillas, la del partido de vuelta se convirtió en uno de los partidos más perfectos y recordados del Celta. Los de Víctor Fernández arrollaron al Real Madrid y lo golearon por 5 goles a 1. Y pudo haber sido una goleada todavía mayor. El espectacular rodillo celeste desarboló a un Madrid de Toshack que, casi sin parpadear, ya iba perdiendo 3-0 a los 15 minutos y… gracias. La cosa pudo haber sido mucho peor porque Revivo, Mostovoi, Karpin bailaban al ritmo de Mazinho, mientras Makelele asfixiaba el centro del campo blanco y Penev volvía loca a la defensa del Madrid. Atrás, Michel Salgado, Cáceres, Djorovic y Josema evitaban con solvencia los ataques blancos y se lanzaban como posesos por los laterales para ejercer de carrileros. Fue una exhibición ante un equipo que se presentó en el verde de Balaídos con Illgner, Panucci, Sanchís, Karanka, Jarni; Karembeu, Seedorf; Guti, Redondo, Mijatovic y Raúl. A los 27 minutos Toshack se carga a Guti para sacar a Morientes que marcó nada más salir. Pero fue un espejismo.

La cosa empezó a lo grande. Después de dos avisos, Penev y Mostovoi demostraron su calidad y gen ganador. Lubo se ofrece en la frontal y recibe de espaldas. Mostovoi, caído a banda izquierda, le tira la pared que el búlgaro se la devuelve y, rápidamente, tira un desmarque al punto de penalti. El ruso la pone como solo él las sabía poner y Penev saca un cabezazo perfecto al fondo de la red. Pero el Celta quería más.

Revivo probó a Illgner desde la frontal y a punto estuvo de marcar el 2-0. La pizarra y el talento de Mostovoi volvieron a aparecer para el segundo. Apenas era el minuto 10. Mostovoi engaña a los defensas amagando que iba a cerrar el córner, pero se inventa un pase raso a la frontal desde la esquina, que Mazinho, en franca ventaja, lo convierte en un derechazo al fondo de la red. Era un merecido 2-0 y aquel Celta era un huracán.

Pero los celestes seguía queriendo más. Michel Salgado presiona muy arriba y recupera el balón en el carril del ocho. Se la da a Karpin que se la vuelve a abrir a la banda. Michel le tira una nueva pared y Karpin ve a Mostovoi cerca de la frontal. De ruso a ruso con precisión y, el Zar, se inventa una asistencia genial a Penev que estaba como hombre boya en el punto de penalti. Mostovoi se la puso perfecta, pero el movimiento de giro del búlgaro usando su corpulencia fue una masterclass. Le permite ganar ventaja con Karanka y bate a Illgner de un zurdazo al tragaluz. 3-0 a los quince minutos.

Mostovoi, que llevaba 3 asistencias, no quería parar ahí. Asistencia de espaldas sin ver a Penev para dejarlo solo delante de Illgner, aunque erró el remate. Lujos y fútbol de salón de máximo nivel. La grada alucinando. Antes del 3-1 de Morientes, Penev y Revivo tuvieron otras dos.

Cuando marca el manchego para acortar distancias, otro equipo hubiese dado un paso atrás o hubiese frenado el ritmo. Era el minuto 32 y ganabas 3-1 al Madrid. Pero aquel Celta, no. Al minuto siguiente, vuelve a dejarle claro a los blancos que aquello no había acabado. Mostovoi saca un derechazo perfecto desde la frontal al fondo de la portería. Mostovoi sacó la derecha precisa y quirúrgica para batir a Bodo Illgner. Era el 4-1. Minuto 33. El Zar tuvo otras dos ocasiones antes de un balsámico descanso para el Real Madrid.

En el segundo tiempo el Celta fue a por más. No se conformaba y Penev ponía el 5-1 aprovechando un rechazo del portero alemán a la falta sacada por Revivo.

Precisamente el israelí tuvo dos acciones geniales en el área regateando a todos los rivales que encontró a su paso pero sus disparos no encontraron red.

Fue un 5-1, con Rianxeira incluida, que llevó el delirio a las gradas. Este partido entraría, por méritos futbolísticos propios, en la historia. En esa estantería con Benfica, Juventus, Villa Park, Anfiled o el 5-1 al Barcelona, también. Penev con un hat-trick y Mostovoi con 1 gol y 3 asistencias demostraron que su carácter y su gen competitivo fueron fundamentales en aquel Celta y en aquella inolvidable victoria. No es que no le tuviesen miedo a un rival tan grande. Es que querían más.