Un grupo de geólogos investiga en A Mariña los terremotos de las profundidades del litoral lucense
Los datos de 20 sismógrafos instalados en tierra y mar ayudarán a delimitar la falla que genera los temblores
Gabriela Fernández Viejo: "Hay una sismicidad constante al oeste del Golfo de Vizcaya"
Lugo
El último se produjo el lunes de madrugada a treinta kilómetros de O Vicedo. A las dos de la mañana, el fondo marino comenzó a temblar. Fue un terremoto leve que no superó el grado 2 en la Escala de Richter, pero que se suma a toda una serie de sismos que vienen ocurriendo en las profundidades del litoral mariñano de un tiempo a esta parte.
A bordo del buque Sarmiento de Gamboa navega Gabriela Fernández Viejo, geóloga de la Universidad de Oviedo y responsable del proyecto. Junto a ella trabajan otros investigadores del mismo liceo en colaboración con la Universidade de Lisboa y el CSIC. Mediante este proyecto, pretenden conocer mejor la actividad sísmica que se produce al oeste del Golfo de Vizcaya. Actualmente se encuentran a un kilómetro de la costa de Ribadeo.
Los investigadores están colocando veinte sismógrafos desde A Coruña hasta Avilés, 10 en tierra y 10 en el fondo del mar, para conseguir su objetivo: "Esperamos delimitar bien la estructura que produce la sismicidad en esta zona", expone Fernández Viejo. Una sismicidad, por cierto, que resulta "constante", en palabras de la geóloga.
Dichos sensores ayudarán a "localizar mejor los terremotos", según explica Fernández Viejo. El equipo también estudiará las características del fondo del mar: "Registramos otro tipo de señales y vemos como es la estructura del subsuelo", apunta la investigadora.
En este sentido, los geólogos no dejarán de lado el análisis de la composición del lecho marino. Trabajarán en ello, de hecho, en busca de aplicaciones de las que podamos echar mano en un futuro. Y es que, tal y como dice Fernández Viejo, "cuanto mejor conozcas la geología de la plataforma y el tipo de rocas que tenemos, mejor sabremos delimitar nuestros recursos".
La geóloga admite que se marea en el barco, pero asegura que el equipo está aprendiendo mucho durante la expedición, más allá de sus respectivas disciplinas teóricas: "Es una aventura", confiesa. Por el momento, seguirán embarcados hasta el 7 de noviembre. Es entontes cuando está prevista su vuelta a Vigo. Regresarán al mar en seis meses para recoger los datos de los sismógrafos submarinos y comenzar con el procesamiento de los mismos.