El Celta sufre en Butarque un terrorífico Halloween
Los errores condenan a los de Giráldez a una goleada en Butarque
Vigo
John Carpenter honró en 1979 a Halloween con una peli de terror que se convirtió en un clásico: La noche de Halloween. Pues al Celta se le han aparecido todos los malos espíritus y fantasmas de los últimos tiempos, para meter más miedo en la última media hora que en los 93 minutos que dura la peli del cineasta norteamericano. Lo de Butarque fue la réplica exacta de Mendizorroza el año pasado. Mismos errores, mismo exceso de confianza, misma actitud en el tramo final y, lo que es peor, mismo resultado: 3-0. No sé cuántos partidos va a ganar el Leganés por 3-0. Lo que sí tengo claro es que el Celta jugando como la última media hora puede perder unos cuantos así.
Esos fantasmas y malos espíritus del pasado se aparecieron en forma de dos errores groseros que costaron los dos primeros goles y, el tercero, que es el fantasma de los centros laterales que vuelve justo antes de Halloween El Lega tiró cuatro veces entre los tres palos y marcó tres goles.
Y eso que el partido fue muy igualado en la primera parte. El Leganés se ordenó, cortó el juego del Celta con faltas e intentó buscar una ocasión o el error del rival. Tuvieron los de Giráldez varios disparos sin demasiada precisión, pero sí es cierto que generaron más ocasiones que el equipo de Borja Jiménez.
En el segundo tiempo, el Celta tenía el balón pero se cocinó en un fútbol horizontal, plano y sin demasiada velocidad. Solamente hubo un par de disparos desde la frontal que no cogieron portería. Ahí el equipo celeste cayó en la trampa del Lega. Exceso de confianza, errores groseros que costaron el primer gol con un pase atrás de Marcos Alonso que se queda corto, pero también con un desajuste defensivo que metería miedo al propio John Carpenter.
Lejos de pensar que quedaba media hora, el Celta se fue sin sentido a por el empate de una manera desordenada, anárquica y diferente. Pero la pesadilla de Halloween no había acabado. Mingueza mete un pase horrible hacia atrás, Manquillo falla en el control, Miguel de la Fuente llega a la frontal y encuentra solo a Brasanac, porque Sotelo no le acompañó en su desmarque. Tres por uno en la tienda de fallos y 2-0 para el Leganés. Ahí se acabó el partido.
Lejos de pensar en que la remontada era posible o que había que intentar minimizar los daños, el Celta bajó la persiana y se olvidó de jugar. Tanto fue así que el tercer gol es igual al tercero del año pasado en Mendizorroza. Pasividad absoluta, no se tapa el centro en banda y remata solo el central, Sergio González. 3-0 con cuatro disparos.
Aviso para un Celta que ve como, por ejemplo, el Lega se le pone a solo dos puntos, le complica el goal average y la zona de descenso también se acerca. Este Celta nada se pareció al heroico, solidario e intenso de Las Palmas. Los días de vino y rosas de las buenas sensaciones del Madrid tienen que borrarse y empezar a tomarse muy en serio el partido del Getafe de dentro de dos lunes.
Hoy el Celta no fue el Celta de Las Palmas, fue el de Mendizorroza del año pasado. Y la última media hora seguro que provocará importantes pesadillas como las que sufrió Jamie Lee Curtis en La Noche de Halloween.