Hoy era el día clave del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña por el crimen de Samuel Luiz. Un asesinato con ensañamiento y alevosía en una «verdadera cacería humana» como describió la fiscal del caso, Olga Serrano. Un juicio además con la componente de una agresión homófoba por los gritos de «maricón de mierda» proferidos por el principal encausado contra la víctima. Una circunstancia que ha llevado a la representación del Ministerio Público a considerar la agravante de discriminación por la orientación sexual de la víctima. Los tres principales implicados Diego Montaña, Alejandro Freire «Jumba» y Kaio Amaral se han declarado inocentes de los hechos.El Ministerio Público pide para ellos penas de prisión que van de los 22 a los 27 años. Todos los testigos los situaron en el Paseo Marítimo de Riazor, en la madrugada del 3 de julio de 2021, en el lugar donde Samuel cayó desplomado después de recibir patadas y golpes que lo llevaron a la muerte horas después en el Hospital. Las imágenes de las cámaras que hoy se han visionado de nuevo así lo corroboran y así han reconocido que estaban allí. Montaña, Freire y Amaral, que en el momento de los hechos eran amigos -ya no- habían pedido declarar al final del proceso. No como los otros dos acusados, Alejandro Míguez y Catherine Silva, que lo hicieron justo al inicio del juicio, el primer día. Montaña se enfrenta a una petición de cárcel de 25 años, Freire a 22 años y Amaral a 27. Esta es la pena máxima solicitada por Fiscalía por el robo del móvil de Samuel. Sus declaraciones han sido en medio de gran expectación mediática. Mañana será turno para la presentación de las conclusiones e informes finales del Ministerio Público y las acusaciones particular y popular y el viernes lo harán las defensas. La magistrada entregará al jurado popular el objeto del veredicto para que inicie sus deliberaciones. Según la ley del jurado, sus integrantes tendrán 72 horas como máximo para emitir su fallo. Diego Montaña, ha respondido solo a las preguntas de su abogado sobre los hechos, respecto a los que las acusaciones solicitan 25 años de cárcel al añadir el agravante de homofobia. Se ha declarado «inocente de los hechos» y ha pedido perdón por lo ocurrido: «Lo que quiero es pedirle perdón a esa familia, sobre todo a la familia de Samuel. Todo esto empezó por mi culpa y si no, nada de esto hubiera pasado y él estaría vivo. Por eso quiero pedirle perdón a la familia y a todo el mundo», ha dicho entre lágrimas. Sobre aquella noche ha dicho que bebió mucho alcohol y no recuerda apenas los detalles, más allá de que vio «una pareja grabando» -la formada por Samuel Luiz y una amiga- y lo siguiente que tiene en su memoria son los golpes a la víctima, aunque no tiene «un recuerdo continuo de esa noche». «Sé que la imagen que tengo es estar golpeando a Samuel, no sé si puñetazos o patadas, no sabría decirlo. Era solo yo en ese momento, en esa imagen que tengo», ha detallado. Después tiene una imagen que no se quitará «de la cabeza» en su «vida» que «es ver el cuerpo de Samuel en mi lado derecho tumbado boca arriba con tres o cuatro personas al lado». «Yumba», que ha pedido declarar al término del juicio, se ha declarado «inocente del delito de asesinato» y ha respondido solo a las preguntas de su abogado. Según su versión, aquel día su grupo de amigos salió de un pub para hacer botellón, cuando de pronto escuchó gritos y vio un forcejeo entre el también acusado Diego Montaña y Samuel Luiz. «Cuando miré ya los vi agarrándose. Subí corriendo, agarré al otro chico por la espalda y caímos al suelo, fue una reacción instintiva al pensar que se estaba peleando con Diego. Solo forcejeamos, unos segundos, y me levanté, en ningún momento lo intenté ahogar ni lo estrangulé, fueron muy pocos segundos», ha indicado. Y ha pedido perdón: «No tengo palabras. Estoy muy arrepentido por lo que hice. Con la mano en el corazón quiero pedir disculpas a toda la gente a la que he podido hacer daño, pero también quiero decir una cosa: creo que Samuel no murió por mi culpa», ha agregado. Kaio Amaral Silva, que se enfrenta a 27 años al añadir el robo con fuerza del móvil, ha asegurado, en respuesta a todas las partes, que nunca tocó a la víctima «ni para quitarle el teléfono ni para pegarle» y ha limitado su actuación a separar a los implicados. En una declaración que también ha incluido lágrimas, ha implicado a Diego Montaña, a «Yumba» y a los menores con la agresión y ha confesado que intentó vender el teléfono de Samuel Luiz, sin saber que era suyo, aunque luego lo tiró a la basura. Sobre su regreso al lugar del crimen para comprobar si había cámaras, ha dicho que no fue idea suya y, además, ha lamentado que los tres años y medio de prisión provisional le han «partido la vida».