El Baixo Miño, cuna de arquitectos y paisajistas
Cada vez más son los profesionales que se asientan en la comarca para desarrollar proyectos que están coleccionando reconocimientos
Tui
Raro es el municipio de la comarca del Baixo Miño que no tenga con un estudio de arquitectura o con un profesional que por cuenta propia realice trabajos que traspasan fronteras. Que se pudiera estudiar la carrera en la Escola Superior Gallaecia en Vila Nova de Cerveira hizo que un número importante licenciados optasen por desarrollar su carrera profesional en la ribera del Miño.
En Hoy por Hoy Baixo Miño hemos hablado con la joven natural de O Rosal, María Fandiño, que está liderando una generación local que está dando que hablar. En su caso, a los premios que ha conquistado con su trabajo en la Explanada do Horizonte en su municipio natal se ha unido ahora el galardón otorgado por la International Federation of Landscape Architects (IFLA) por su trabajo en la reforma de la Praza do Campo, en la parroquia de Burgueira en Oia. La principal actuación fue la dignificación del cruceiro y la recuperación de la identidad propia del lugar como espacio para la comunidad.
La arquitecta María Fandiño sobre el premio europeo recibido por su reforma de la Praza do Campo en Oia
Aunque no son naturales del Baixo Miño, la ferrolana Helena Gomollón y el baionés Iván Vidal han decidido instalarse en A Guarda y crear GomoStudio, especializándose en rehabilitación y madera apostando por la eficiencia energética y la sostenibilidad. Su Proyecto Timama, en colaboración con la ONG Flores de Kiskeya, que consiste en la creación de un centro de día materno-infantil en Haití, les ha valido el reconocimiento del COAG en Mostra Nova Arquitectura Galega. En estos momentos están desarrollando la rehabilitación de la Escuela Unitaria de San Lorenzo de A Guarda.
Entrevista a Helena Gomollón e Iván Vidal, fundadores de GomoStudio en A Guarda
Además de en la arquitectura, la tudense Cecilia Portela ha decidido iniciar una nueva aventura empresarial: se trata de una plantación de kiwis ecológicos en Tomiño, en una finca de ámbito familiar. En 2021 comenzó con una concentración parcelaria de dos terrenos y el pasado año la producción rondó los 12.000 kilos, aunque este año, por culpa de las lluvias constantes en primavera, se quedó en los 4.000 mil. Por el momento, Portela vende su producción a una cooperativa de la zona, aunque ahora está barajando ampliarla a más sectores e incluso emplearlo en cosmética junto a la Asociación de Cosmética Gallega y la Universidad de Santiago de Compostela.
Entrevista a Cecilia Portela, arquitecta que apuesta por una plantación de kiwis ecológicos en Tomiño