Segundas partes nunca fueron buenas

Vigo

Salvo honrosas excepciones, en el cine suele emplearse, con cierta asiduidad, que las secuelas nunca suelen estar a la altura de la primera película. Esto es lo que le pasó a un Celta que realizó una de las mejores primeras partes de toda la temporada como visitante, pero se olvidó de que quedaban 45 minutos más. La puesta en escena fue casi perfecta. El balón era del Celta, la iniciativa también, las llegadas, las ocasiones y el control del partido. Tuvo Pablo Durán dos palos, dos manos a mano y tuvo Williot una casi a puerta vacía que la mandó a La Maestranza con todo a favor. También Aspas tuvo un disparo desde fuera y Mingueza otro que salvó Álvaro Fernández. Todo ese balance ofensivo maridado con un casi perfecto orden defensivo que apenas concedió a un rival que estaba a merced. El Sevilla apenas inquietó y no generó casi nada. Era el Celta de Balaídos pero fuera de casa. Por fin una versión mejorada y actualizada de lo que pudimos ver hasta el momento. Pero faltó puntería Y al descanso cambió todo. Segundas partes nunca fueron buenas.

Volvió a aparecer el Celta con dudas, poco agresivo, menos pícaro y con peor lectura del partido. El fantasma del Celta de fuera de casa, el que parece que juega cargando a sus espaldas una Oliveira de cen anos. El Sevilla apretaba y presionaba un poco más arriba pero sin demasiados lujos para evitar las contras de los de Giráldez. Pero ya iba coleccionando algunas llegadas. Dos disparos de Manu Bueno ya dejaban entrever que al Celta le estaba costando más el repliegue. Y se cumplió el gafe de Giráldez con los cambios fuera de casa. Los tenía preparados y le marcan justo cuando Bamba y Ristic estaban en la banda. En una jugada marca de la casa del Celta de fuera, que no del Celta de Balaídos. Concedemos un córner evitable, poco contundentes en el despeje y frontal del área limpia para el disparo de Manu Bueno. 1-0 en el minuto 65. Salieron Bamba y Ristic que tienen que ir con urgencia a San Andrés de Teixido o a Fátima. El serbio otra vez lesionado y Bamba que no aporta prácticamente nada. Otro partido más con su carísimo contador bañado en oro a cero. Alfon le sacó los colores a Bamba y a otros compañeros, porque el canterano fue el único que creo peligró. Tuvo la ocasión del empate en un mano a mano que él mismo se generó y que le tapó Álvaro Fernández.

Del minuto 65 al 97 apenas se jugó con el manual de desaparición de recogepelotas, pérdidas de tiempo, lesiones prolongadas, cambios interminables y un homenaje a Jesús Navas que casi duró más que el descanso del partido. Más que merecido homenaje para una leyenda pero que permitió parar el partido casi tres minutos que apenas se notó en el descuento tacañón de Gil Manzano. El Celta no fue capaz de incomodar al Sevilla y los de García Pimienta se llevaron el partido gracias al acierto de Manu Bueno en el rechazo de un córner y al oficio para dormir el partido y anestesiar al Celta.

Segundas partes nunca fueron buenas. Pero la de hoy del Celta fue terrorífica. A pensar en la Real Sociedad que visitará Balaídos. Ahí veremos otro Celta; el de casa. Ya habrá tiempo de pensar en si vuelve a aparecerse el fantasma del Celta visitante en El Sardinero o en Vallecas. Este Celta tiene números de Europa en casa y de descenso directo fuera. El Celta de la primera parte no llegó para puntuar. Una pena.