Carlos Ferrás: “Las cabeceras de comarca son un centro de servicios clave donde hay que invertir con firmeza”

Lugo

Ribeira de Piquín, Ourol, Antas de Ulla, Becerreá, Friol Samos ou Trabada son algunos de los casi cien municipios en Galicia que están, según el informe elaborado por el Consello de Contas, en riesgo de despoblación. Buena parte de ellos, 41 de 95, están en la provincia de Lugo.

Entre los factores a los que apunta el análisis están, por ejemplo, que tienen un censo inferior a 5.000 personas o registran un crecimiento vegetativo de más del 10%. Entre las causas, y a la vez las consecuencias, apunta esencialmente a la dificultad para acceder a servicios como guarderías o atención sanitaria y advierte a la Xunta de Galicia de que es urgente desarrollar una definición de lo que se considera un municipio en reto demográfico y un plan de actuación.

Coincide con ello el catedrátid de Geografía Humana por la USC Carlo Ferrás: "Ahí están los números, muestran que hay un proceso de envejecimiento galopante y no hay un flugo de inmigración que pueda confrontarlo". En la provincia de Lugo son varios los municipios que acogen grupos de refugiados que están llegando a Galicia desde finales de verano, pero se han encontrado por ejemplo, en el caso de Becerreá, que a pesar de que encuentran empleo fácilmente, no consiguen acceder a una vivienda.

Es un problema compartido por toda la población que es relevante en un rural que busca repoblarse, pero que no puede ofrecer una alternativa habitacional. Ferrás cree que hay que ponerlo, además, en correlación con otros servicios necesarios para vivir en un determinado lugar, como "que la población pueda acceder a una ocupación, que pueda subsistir con sus propios recursos, un acceso a la vivienda a precios razonables y la accesibilidad a servicios". En esencia, todos aquellos factores que "combinados permiten asentar la población en un territorio". "Todos van a ir de la mano", continúa el experto, "por eso se necesitan políticas de corte autonómico, municipal y también estatal que se anticipen a esas necesidades".

La dificultad de llevar servicios a núcleos muy pequeños

Carlos Ferraz viene también a poner encima de la mesa una realidad que no es fácil de gestionar: "En Galicia tenemos lo que se llaman las 30.000 aldeas, que son más de la mitad de todos los asentamientos que hay en España, prácticamente un 6% del territorio, eso es algo excepcional". Entiende que hay que ser realistas y asumir que "no se pueden llevar servicios de todo tipo a todas ellas". Apunta, en lugar de eso, a un factor que considera clave y que es la movilidad.

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"La forma de desplazarnos hoy en día es muy diferente, tenemos acceso a vehículos privados, transporte público y otras opciones que nos permite unas movilidades que antes no había", dice. Por eso cree que habría que pensar en impulsar, esencialmente, las cabeceras de los municipios y las cabeceras de comarca, porque "son unos centros urbanos fundamentales para la dotación de servicios".

"No podemos poner centros de salud y colegios en cada una de las 30.000 aldeas, y esto es una realidad", explica, "por lo tanto hay que ordenar, jerarquizar, priorizar, siempre en función del bien común y no enfrentar lo rural y lo urbano, sino hacerlos complementarios". Habría que hablar, en su opinión, de áreas metropolitanas en las que se integren espacios rurales con un centro urbano de referencia, donde se concentren los servicios y que esté bien comunicado con aquellas aldeas o pueblos más cercanos: "Las villas son un centro de servicios clave donde hay que invertir con firmeza".

Asumir que el modelo demográfico ha cambiado

Esa Galicia de las 30.000 aldeas de la que habla el profesor Carlos Ferrás, dice, no puede conservarse. En los últimos años el modelo poblacional ha consistido en una constante, el abandono de los núcleos pequeños para concentrarse en centros urbanos. "La urbanización está ahí, el contexto demográfico, económico y cultura de lo que conocemos como Galicia ha cambiado, y tampoco podemos pensar que todos esos núcleos tengan sentido", concluye.

Según apunta, hay un dato clave: "Actualmente el 97% de la población de Galicia vive en el 34% de la superficie total, por lo tanto hay un 3% que vive en el resto". Las preguntas que hay que hacerse son por lo tanto "¿en qué situación está esa población? ¿Cómo se puede acercarles los servicios? ¿Qué entidades de población realmente pueden ser objeto de atracción demográfica? ¿Y para qué? ¿Cómo pueden ser sostenibles desde el punto de vista ambiental y económico?". Para Ferrás esas son las cuestiones que debe plantearse la Administración, e insiste en que "se necesitan políticas demográficas avanzadas y una visión espacial territorial que ordene los lugares de asentamiento de población en Galicia".