¿Cuál será la próxima gran red social? Así será la plataforma del futuro

A Coruña

Las redes sociales están cambiando. El modelo de exposición constante y búsqueda de popularidad parece haber tocado techo. ¿Está cerca la llegada de una nueva red social disruptiva? Esto es lo que opinan los expertos.

La profecía digital: el nacimiento de una nueva red social

El panorama de las redes sociales ha evolucionado a pasos agigantados desde el boom que arrancó en 2010. Facebook, Instagram, Twitter o TikTok han marcado etapas, pero todo apunta a que se acerca un nuevo ciclo. La llamada "red social del futuro" está a punto de emerger, y los usuarios, especialmente los más jóvenes, parecen estar preparados para ella.

Un terreno menos fértil para la inversión

Según datos de Business Insider, la inversión en nuevas redes sociales ha caído en picado. Si en 2021 se destinaron 3.100 millones de dólares al desarrollo de estas plataformas, en 2025 esa cifra se ha reducido a 900 millones. ¿La razón? Las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial están captando el interés (y el dinero) de los grandes inversores.

¿IA y red social, una unión inevitable?

Los analistas coinciden: la próxima gran red social no solo incorporará inteligencia artificial como herramienta, sino que la tendrá integrada como parte esencial de la experiencia. Hoy en día, ya vemos algoritmos o asistentes virtuales en plataformas como Instagram o TikTok, pero la idea va más allá. Se trata de una IA capaz de construir relaciones, experiencias y contenidos personalizados, como si fuera un amigo digital.

Ejemplos como WebSim o la sueca Lovable, que permiten crear apps y microapps con muy pocos conocimientos, ya demuestran hacia dónde podría ir esta tendencia.

De la exposición masiva a la conexión íntima

Las nuevas generaciones no quieren más "likes". Quieren conexiones reales. Así lo demuestra el declive de plataformas como BeReal o incluso TikTok, que pierden fuelle frente a redes sociales de nicho y más íntimas. Letterboxd, Reddit o apps que conectan a personas con intereses comunes están marcando una nueva forma de socializar online.

Instagram, por ejemplo, se ha convertido en una vitrina de viajes, eventos y postureo. Las publicaciones tradicionales han caído, y solo sobreviven los stories, muchas veces más por compromiso que por diversión. El contenido personal ha sido reemplazado por una curaduría estética que ya no conecta con todos los públicos.

El fin de las apps de citas tal y como las conocíamos

Incluso las aplicaciones de citas están en plena crisis. Bumble ha perdido un 90% de su valor en bolsa y Tinder ha visto caer sus usuarios en 2024. El modelo de consumo rápido del amor empieza a saturar. Por eso nacen propuestas alternativas como Gigi o Stitch, que intentan ofrecer experiencias más humanas, algunas de ellas asistidas por inteligencia artificial.

¿Puede una nueva red social sobrevivir sin el respaldo de una Big Tech?

Aquí surge una de las grandes incógnitas: ¿podría una startup lanzar una red social disruptiva sin ser devorada por las grandes tecnológicas? Casos como el de BeReal muestran que las ideas frescas pueden triunfar... pero también que pueden ser copiadas rápidamente por Meta, Google o X (antes Twitter).

La clave estará en crear una plataforma con una tecnología lo suficientemente innovadora como para no ser replicable fácilmente. Un golpe de efecto tan potente como lo fue el algoritmo de TikTok en su momento.

El nuevo paradigma: redes sociales humanas, pequeñas y sinceras

Todo apunta a que la próxima red social que triunfe será más pequeña, más nicho y mucho más humana. Un lugar donde compartir sin filtros ni presiones. Donde los usuarios no busquen convertirse en influencers, sino simplemente estar en contacto real con sus círculos.

Las redes sociales actuales no van a desaparecer, al igual que no ha desaparecido la televisión. Pero como esta, dejarán de ser el epicentro del mundo digital. Pasarán a ser una opción más, mientras nuevas plataformas más adaptadas a las necesidades emocionales y sociales de la era post-pandemia ocupan el centro del escenario.

¿Y los influencers?

El nuevo ecosistema digital también obligará a los creadores de contenido a reinventarse. Muchos se desplazarán a otras plataformas o formatos, como newsletters, podcasts o experiencias en vivo. Y otros nacerán en las nuevas redes del futuro. Pero el modelo actual, basado en viralidad, métricas y exposición, ya no es suficiente.

Una conclusión (y una esperanza)

Estamos listos. El público espera con ganas una red social diferente: sin anuncios invasivos, sin sobrecarga de algoritmos, sin presión por gustar. Una red que recupere la conversación, la autenticidad y el placer de compartir por compartir. La tecnología está casi lista. Solo falta que alguien tenga la idea.

Y cuando eso pase, todos lo sabremos.