¿Por qué nos besamos?: el origen del gesto más íntimo y universal

A Coruña

“Que lo bueno y lo que importa está en los besos”. Así lo canta El Canto del Loco, y así lo confirma la sexóloga Sonia Martínez en una conversación que nos invita a reflexionar sobre la importancia real de los besos en nuestra vida cotidiana y en nuestras relaciones.

13 de abril: Día del Beso... ¿y tú, lo celebraste?

El pasado 13 de abril se celebró el Día Internacional del Beso, una fecha que nos recuerda algo que a veces olvidamos: los besos no son un gesto cualquiera. Son una muestra de cariño, una forma de comunicación y una explosión de química en toda regla.

En palabras de Sonia Martínez, los besos han sido objeto de estudio por parte de psicólogos, médicos, antropólogos y sociólogos. Y es que su origen se remonta a prácticas entre primates, y su evolución ha sido tan amplia como lo son las culturas del mundo.

España, tierra de besos (y de confusión para los extranjeros)

En España, el beso es una herramienta social clave: saludamos con besos, nos despedimos con besos, nos reconectamos con besos. No es de extrañar que personas de otros países se pregunten: “¿Pero aquí cuántos besos se dan?”. La respuesta varía, pero lo importante es entender que detrás de cada beso hay una norma implícita que comunica algo distinto: afecto, cortesía, deseo, protección...

El primer beso: un escáner emocional y físico

¿Alguna vez te has preguntado por qué ese primer beso con alguien te puede marcar tanto? Sonia lo explica con una teoría fascinante: los primeros besos funcionan como una herramienta evolutiva que nos ayuda a evaluar la compatibilidad con la otra persona. El olor, el sabor y la textura de su boca nos dan señales sobre su salud, su atractivo y su potencial para satisfacer nuestras necesidades emocionales y físicas.

Cuando besas, tu cuerpo se revoluciona

Más allá del romanticismo, besar también es bioquímica pura. Al besar, el cuerpo libera una combinación de hormonas poderosísimas:

• Oxitocina: la hormona del amor y del apego.
• Dopamina: el neurotransmisor del placer.
• Serotonina: asociada a la felicidad.

Endorfinas: analgésicos naturales que nos hacen sentir bienestar.

Todo este cóctel hormonal hace que besar sea una experiencia emocional y física profundamente satisfactoria.

Besos que sanan, que unen y que dicen lo que las palabras no pueden

Los besos tienen un valor comunicativo enorme. Con un beso puedes decir "te quiero", "te echo de menos", "estoy aquí para ti" o "me importas". Son una forma de comunicación no verbal que puede ser incluso más poderosa que las palabras. Según Sonia Martínez, los besos refuerzan la intimidad, consolidan los vínculos afectivos y son un ingrediente esencial para el bienestar dentro de las parejas.

¿Y si dejamos de besarnos?

Una de las reflexiones más potentes que dejó la entrevista fue esta: hay parejas que dejan de besarse porque creen que el beso siempre conduce al sexo, y no quieren enviar señales equivocadas. Pero dejar de besarse es también dejar de conectar emocionalmente.

Sonia lo tiene claro: “Si dejamos de besarnos, dejamos de vivir cosas muy potentes con nuestra pareja”.

Besarse más: una recomendación terapéutica

Para muchas parejas que han caído en la rutina, una de las primeras recomendaciones en terapia es esta: recuperar los besos, abrazos y momentos íntimos. Porque no siempre se trata de llegar a un encuentro sexual, sino de reconectar desde lo emocional y lo físico, de recuperar la presencia y el deseo de compartir.

En resumen: besarse más es vivir mejor

Los besos no solo son placer. Son salud, son vínculo, son expresión. Y aunque sí, también implican una pequeña transferencia de bacterias, como recuerda Sonia con humor, los beneficios superan con creces cualquier riesgo.

Así que ya sabes: si tienes a alguien cerca, bésale más. Porque como dice la canción, "lo bueno y lo que importa está en los besos".