El legado de Sergio Villar: una fundación para transformar el dolor en esperanza

A Coruña

En los últimos días se ha presentado oficialmente la Fundación Sergio Villar, con sede en la Plaza del Comercio de A Coruña. Esta iniciativa nace a partir del trágico fallecimiento de Sergio Villar, un joven de 18 años natural de Ribadeo que perdió la vida en un accidente de tráfico ocurrido en Xove (Lugo), en el que también murieron otros tres jóvenes. Lejos de dejarse vencer por el dolor, su familia ha decidido transformar la pérdida en un motor de cambio, recogiendo el testigo de su vocación solidaria.

El legado de Sergio: compromiso, empatía y acción

Sergio era un joven con una marcada conciencia social. Participativo, inquieto y con una sensibilidad especial hacia las personas más vulnerables, formó parte activa de la vida comunitaria en su localidad natal. “Tenía una mirada muy humana, muy singular”, recuerda su padre, Víctor Villar, quien junto a su familia y amistades decidió crear esta fundación como una forma de mantener viva su luz y continuar el trabajo que él habría querido hacer.

El cambio de residencia a A Coruña, ciudad en la que ya vivía el hijo mayor del matrimonio, supuso un nuevo comienzo para la familia. “No podíamos seguir en Ribadeo. Estábamos en estado de shock y necesitábamos reconstruirnos”, explica Víctor. La capital herculina se convirtió así en el punto de partida de este nuevo proyecto vital, con el objetivo de convertir el dolor en acción positiva.

Cinco líneas de actuación al servicio de la comunidad

La Fundación Sergio Villar se enfoca especialmente en la infancia y adolescencia en situación de vulnerabilidad, con una mirada humanista y voluntad de transformación social. Según Adela Villar, que forma parte del equipo impulsor, el objetivo es “recrear vínculos sociales, crear comunidad y construir desde la base el futuro de las personas adultas del mañana”.

La fundación ya ha definido cinco ejes fundamentales para su actividad:

• Creación de un espacio asociativo abierto a la ciudadanía en su sede de A Coruña.
• Sistema de becas y ayudas para cubrir necesidades básicas de jóvenes y familias.
• Sensibilización ambiental, con el proyecto Verea coordinado desde Ribadeo por Iván, un profesional con amplia formación en el ámbito.
• Fomento del deporte base, con el patrocinio de equipos Benjamines y Prebenjamines del club Cinco Coruña.
• Programas socioculturales centrados en la inclusión y la participación juvenil.

Además, en colaboración con Cimega, se trabaja en un proyecto de prácticas restaurativas que aún se encuentra en fase inicial, pero que promete tener un fuerte impacto comunitario.

Una nueva mirada para evitar duplicidades

Aunque su origen está marcado por un accidente de tráfico, la Fundación Sergio Villar ha optado por no centrarse directamente en la prevención de siniestros viales. “No queríamos enfocarlo desde ese punto de vista. Existen muchas asociaciones que ya trabajan en ese terreno. Preferimos buscar zonas grises donde aún no llegan otras entidades”, explican sus fundadores.

El enfoque de la fundación no es solo evitar duplicidades, sino también poner el acento en el valor humano y transformador que proyectaba Sergio, un joven que, en palabras de sus padres, “fue breve pero muy intensa su luz”.

Un faro de esperanza desde A Coruña

La Fundación Sergio Villar comienza ahora su andadura con la intención de convertirse en un agente activo del cambio social, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Desde su sede en A Coruña, su trabajo se expande con raíces en Ribadeo y vocación de crecer allí donde haya necesidades que cubrir.

Sergio ya no está, pero su legado empieza a dejar huella. Y lo hace con fuerza, con compromiso y con una visión profundamente humana.