Aspas casi lleva al Celta a un imposible
El capitán lideró el tardío intento de remontada celeste

MADRID, 04/05/2025.- El centrocampista del Celta de Vigo Williot Theo Swedberg (i) junto a su compañero Iago Aspas durante el partido entre el Real Madrid y el Celta este domingo en el estadio Santiago Bernabéu en Madrid. EFE/ Ballesteros / BALLESTEROS (EFE)

Vigo
El "No Aspas, no party" volvió a pasar por la cabeza de muchos celtistas viendo al Celta en el Bernabéu. Del nihilismo y de la sensación de que íbamos a salir en las páginas de "El Caso" con una goleada de escándalo, a creer que era posible remontar un 3-0 ante todo un Real Madrid. Su capacidad para liderar, para crearse los espacios, para encontrar las grietas en la defensa rival hicieron que el Celta estuviese cerca de ser la portada en toda la prensa deportiva europea. Todo gracias a la inspiración de un Aspas que sí creyó que era posible. También le acompañó en la causa un voluntarioso Pablo Durán que había salido un poco antes que el de Moaña. Ellos dos tiraron de un equipo que estaba bastante encorsetado y atenazado.
En el 69 el Celta lograba acortar distancias con un gol en un córner mal despejado por Lucas Vázquez tras un taconazo de Durán. Javi Rodríguez ponía el 3-1. Lo que parecía el gol del honor cambió cuando salió Aspas al campo. Era el minuto 75 y comenzó a pedirla para ejercer de quarterback. Y al poco de salir se inventa un pase imposible a lo Laudrup y con el cuerpo girado que deja solo en el mano a mano a Williot. El sueco no falló ante Courtois y ponía el 3-2. Iago Aspas hablaba con sus compañeros y les invitaba a creer en la remontada. Y casi la consigue con un taconazo increíble para dejar a Durán en mano a mano con el portero belga. Su tiro lo salva con la espalda y con fortuna, Courtois.
Tuvo Aspas tras una pared con Durán un disparo desde la frontal que atrapó Courtois y algún que otro ataque bien elaborado que siempre pasaba por sus botas. La pena es que la reacción fue muy tardía y el Celta murió en la orilla. Ese equipo de los últimos 20 minutos fue diametralmente opuesto al que se vio desde el minuto 15 de la primera parte y hasta bien entrada la segunda. Un equipo con dudas, poco agresivo, con cierta relajación en la marca y cometiendo errores de bulto que costaron muy caro.
Cuando el Real Madrid apenas inquietaba, una relajación en la ayuda le permite a Arda Guler recibir un córner a la corta, perfilarse y golpear con la izquierda. Un movimiento defensivo suicida del Celta que le costó carísimo. Casi sin parpadear, en otro error grosero de permitir a Mbappé arrancar solo desde campo propio, hizo que los blancos se pusiesen 2-0 sin despeinarse.
El arranque de la segunda parte no fue mucho mejor. El Celta pareció haber entregado la cuchara y pensar ya en el partido del Sevilla y, nada más comenzar la reanudación, Mbappé ponía el 3-0 en otro mano a mano con una distancia sideral entre centrales. Demasiadas facilidades para uno de los mejores delanteros del mundo. No perdonó.
Desde ese momento la sensación era más la necesidad de que se acabase cuanto antes el partido para no salir en el Telediario en la sección de sucesos. Después de varias ocasiones claras del Madrid para marcar, el Celta volvió a reaccionar tímidamente. Hasta que salió Aspas. La pena es que ya era el minuto 75. Pero en 15 minutos demostró que es el mejor y fue el mejor del Celta. No necesitó más. Una pena de otro cuarto de hora para que el equipo se lo creyese un poco más y un poco antes. No Aspas, no party.
Todavía no se ha ido y ya lo echamos de menos. Nos queda el pase de Tom Brady que metió hoy. Si lo hubiese trazado Vinicius, veríamos tantas repeticiones en Movistar que se les estropearía la máquina. Como fue de Aspas pues poquitas repeticiones pudimos ver. Pero nos valen. A pensar en el Sevilla que está ya a la vuelta de la esquina. Hoy el Celta sigue durmiendo en puestos europeos.

Jacobo Buceta
Periodista de Radio Vigo-Cadena Ser desde 1998. Director de Hoy por Hoy Vigo desde 2008 y narrador de...




