Página negra en la historia de la SD Compostela

No hubo milagro. Ni el Compostela hizo los deberes, ni tuvo un marcador favorable en el Escobedo-Llanera que pudiera haberle ayudado en caso de ganar su duelo. El equipo blanquiazul vio consumado su descenso de categoría luego de empatar a un gol con el Valladolid B en el Vero Boquete, y además, el Escobedo sí logró ganar su partido al Llanera por 4-0. Lágrimas en la grada del estadio compostelano, aderezadas de gritos de "directiva, dimisión".

La temporada ha resultado un despropósito de principio a fin, con un modelo de "austeridad en la transición" dictado por la directiva del Club, que ha dado con los huesos del equipo en la quinta categoría del fútbol español. Los fichajes del mercado de invierno, excepto Markitos, han resultado un fiasco, poco o nada han aportado, y al final han sido los veteranos que más tiempo llevaban en el equipo los que han tirado del carro para morir en la orilla junto con algún canterano que sí se ha ganado los minutos. El defile de entrenadores, tres esta temporada más todos los demás que han ido pasando por el banquillo en las dos últimas temporadas, no ha hecho sino demostrar que los cambios que se han ido produciendo (direccion técnica, deportiva, de servicios médicos...) han empeorado el rendimiento y resultados de un equipo que ha ido dando tumbos hasta el desastre final de esta última jornada.

Punto y aparte merece el apartado de la afición. Harta de que no se ofrezcan explicaciones desde la presidencia por parte del cabeza "invisible" de la misma, un Antonio Agrasar que optó desde el minuto uno por dejar la portavocía de la entidad en la figura del gerente, Miguel Fernández, cuando en esto del fútbol la gente quiere que hable "el jefe", cuando vienen de cara y cuando vienen del revés. La desafección no es poca, y veremos qué factura pasa luego de todo lo sucedido y con el descenso aún caliente, teniendo en cuenta que la gente se va hartando y al final te vas dejando adeptos por el camino cuando los decepcionas constantemente. Mucho que repensar en los próximos meses, y sobre todo, estaría bien, mucho que explicarle a la gente.