El Celta también sabe ganar con uno menos y roza la clasificación europea

Vigo

Nueva prueba superada para un Celta que va lanzado hacia Europa. Ni siquiera con un jugador menos, el equipo vigués se vino abajo y fue capaz de superar a un Sevilla (3-2) nervioso e incapaz de aprovechar la superioridad númerica durante casi una hora.

De nuevo Claudio Giráldez movió la pizarra y apostó por un 4-1-4-1 con Carlos Domínguez, Damián o Iago Aspas en el once. Desde el principio se vio a los celestes algo incómodos y con dificultades para superar las líneas defensivas del conjunto hispalense. A balón parado es donde más sufrían los locales y Ramón Martínez tuvo la primera ocasión con un cabezazo que por suerte fue directamente al cuerpo de Guaita. En el minuto 20 se rompía el partido gracias a Ilaix Moriba, que hizo un gran control de tacón para deshacerse de su marcador y enganchó un preciso disparo cruzado que batió al portero.

Todo hacía indicar que el 1-0 se mantendría hasta el descanso, pero una jugada en el descuento lo cambió todo. Un cabezazo de Peque lo desvió Marcos Alonso con el brazo y González Fuertes señaló penalti sin dudarlo. De forma sorprendente, el VAR llamó al colegiado para que expulsara al defensa madrileño al considerar que era ocasión manifiesta de gol. Decisión inexplicable. La pena máxima la transformó Gudelj consiguiendo el empate. Con este panorama, Giráldez modificó el equipo colocando a Javi Rodríguez y Beltrán en el sitio de Damián y Aspas.

Reacción de equipo grande

Pasaban los minutos y no se notaba la diferencia de efectivos entre ambos conjuntos. Hecho que se vio corroborado a mitad del segundo tiempo cuando un centro de Fran Beltrán lo recoge Mingueza en el segundo palo y fusila con un tiro de primeras a Nyland. Este tanto dejó muy tocado al cuadro andaluz, que jugaba con más corazón que cabeza. La peor noticia fue la lesión de Pablo Durán, que tuvo que salir en camilla tras un fuerte golpe en la rodilla.

Justo al inicio del descuento, Guaita se lució para despejar un cabezazo claro de Kike Salas. En la jugada siguiente, un regalo de la zaga sevillista deja a Borja Iglesias solo ante Nyland, al que supera con una vaselina. Con el partido sentenciado, Salas consiguió superar al portero celeste tras un rebote; un gol que llegó demasiado tarde.

Con este triunfo, el Celta mantiene la séptima plaza y afronta lleno de moral el partido decisivo del martes ante la Real Sociedad en el Reale Arena.