Las familias del CEIP Emilia Pardo Bazán de Vigo culpan a la Xunta por la expulsión de un alumno de infantil
Demandan más personal de apoyo, pero Inspección considera que el centro "ya cuenta con recursos adecuados"

ANPA del CEIP Emilia Pardo Bazán (Chouzo) en una imagen de archivo

Las familias del CEIP Emilia Pardo Bazán de Vigo denuncian que la expulsión de un niño con necesidades especiales de 6º de Infantil, de cinco años de edad, por presentar conductas agresivas, se debe a que la Xunta no dotó al centro de un profesor de pedagogía terapéutica (PT).
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Los padres y madres del colegio relatan en un comunicado que el menor "no sabe controlar la rabia y agrede a sus compañeros y docentes". Se trata de un "niño muy pequeño con una necesidad educativa clara que no se está atendiendo como se debe", lo que genera "una situación complicada" para él mismo, sus compañeros y las familias.
El colegio "ya cuenta con los recursos adecuados"
Las familias acudieron a la dirección del CEIP y a la Inspección de la Consellería de Educación. Sin embargo, fuentes de este departamento, según publica la agencia Europa Press, consideran que el colegio "ya cuenta con los recursos adecuados" y que en su aula "solo hay 13 alumnos escolarizados, muy por debajo de los 25 máximos" que contemplan las ratios.
En este contexto, las familias insisten en que "la realidad en el aula demuestra lo contrario", porque este alumno "necesita un apoyo específico y no lo tiene". Así, culpan a la Xunta de no dotar de este refuerzo, por lo que el centro, "viéndose sin recursos", decidió expulsarlo temporalmente.
Esta medida "no ayuda ni al pequeño, ni a sus compañeros"
Los padres y madres consideran que esta medida "no ayuda ni al pequeño, ni a sus compañeros, ni al profesorado, ya que es una medida agresiva y con consecuencias negativas" para luego volver a integrarlo en clase.
En todo caso, la Consellería insiste en que Inspección "está al tanto de la situación" y hace "un seguimiento del alumno en colaboración con el propio centro".
La realidad es que la práctica totalidad de los centros públicos de educación infantil y primaria de la ciudad reclaman más personal de apoyo pedagógico, que en ocasiones es compartido entre varios colegios y resulta insuficiente para la demanda escolar actual.




