Tres semanas del apagón en España: las causas técnicas y estructurales del fallo
El exdirector de Ferroatlántica, Carlos Oliete, repasa las claves del apagón y los desafíos del modelo energético español

Carlos Oliete, exdirector de Ferroatlántica, repasa las claves del apagón
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A Coruña
Tres semanas después del colapso energético que dejó sin luz a toda la península ibérica, el exdirector de Ferroatlántica, Carlos Oliete, repasa en una entrevista las claves del apagón, sus causas técnicas y los desafíos del modelo energético español.
El gran apagón: una desconexión sin precedentes
A las 12:33 del mediodía de hace tres semanas, la red eléctrica española colapsó por completo. Un corte total de suministro, conocido en el sector como “cero energético”, dejó sin luz durante varios minutos a millones de hogares, empresas y servicios esenciales. Carlos Oliete, con 46 años de experiencia en el sector energético, analiza las claves técnicas y políticas de este fallo sin precedentes.
“Que hubiera apagón significa que el sistema de protección no funcionó. Si hubiera funcionado, no habría habido apagón”, afirma con rotundidad Oliete.
¿Qué sabemos hasta ahora?
Según la versión oficial difundida por la ministra de Energía, Sara Engelsen, el origen del fallo se sitúa en la zona suroeste del país. Un aumento de tensión provocó la desconexión con Francia y el colapso inmediato de la red. No se trató de un ciberataque, según Red Eléctrica y otros organismos.
No obstante, Oliete recalca que los sistemas de defensa del sistema eléctrico no respondieron como deberían: “Se producen distorsiones en la red con cierta frecuencia, pero el sistema debe autocorregirse. Esta vez no lo hizo”.
Dos posibles fallos: infraestructura o gestión
El exdirector de Ferroatlántica señala dos hipótesis claras:
- Fallo de infraestructura: Las centrales, nodos de conexión y reservas técnicas no estaban preparadas para soportar la distorsión.
- Fallo en la gestión: Las herramientas de reacción rápida ante desequilibrios no se activaron correctamente.
La consecuencia ha sido una cascada de análisis incompletos, según Oliete, motivados en parte por el temor a responsabilidades legales y económicas. “Hay posibles indemnizaciones en juego y eso está llevando a muchos a andar con pies de plomo”, apunta.
Una comisión sin técnicos
Oliete también critica la composición de la comisión de investigación creada tras el apagón. “Está formada por organismos de seguridad digital y ciberseguridad, pero no hay ingenieros ni operadores del sistema. Esto no es sólo un tema de seguridad, es un tema técnico”.
¿Qué papel juegan las energías renovables?
Uno de los puntos clave del análisis de Oliete es el papel que juegan las energías renovables en el nuevo escenario energético. Según explica, la entrada masiva de renovables ha transformado el equilibrio del sistema eléctrico:
Las renovables, por su propia naturaleza, introducen más inestabilidad que las fuentes convencionales (térmicas, hidráulicas, nucleares).
Esa inestabilidad debe ser compensada por energías de respaldo, que no siempre están disponibles o activadas.
“El sistema que antes era perfecto ahora no lo es, porque el escenario ha cambiado y el sistema no se ha adaptado”, resume.
El mix energético: equilibrio necesario entre fuentes
Carlos Oliete defiende la necesidad de encontrar un mix energético equilibrado, que combine fuentes renovables y convencionales de forma eficaz. En su opinión, la energía nuclear sigue siendo clave mientras no se desarrollen infraestructuras de respaldo y almacenamiento para las renovables.
Además, recuerda que España sigue siendo una isla energética, con una capacidad de interconexión con Europa del 2-3 %, muy lejos del 15 % recomendado por Bruselas.
El gran reto: un sistema seguro, limpio, barato e independiente
Como reflexión final, Carlos Oliete plantea los cuatro pilares de un futuro energético sostenible:
- Seguridad: que no falle ante distorsiones, como ocurrió en el gran apagón.
- Sostenibilidad: avanzar hacia fuentes limpias y renovables.
- Coste razonable: evitar impactos negativos en la industria y el consumidor.
- Independencia energética: reducir la dependencia de recursos externos.
“Hasta ahora se ha priorizado el precio. Pero si no hay seguridad, el sistema no sirve. Necesitamos un modelo energético seguro, limpio, económico y autónomo. Sólo así tendremos un futuro energético brillante”.