García Seoane sobre el derribo de la Casa Carnicero: "Tomé la decisión para evitar muertes y que no pasase como la Dana"

A Coruña

El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, ha sido juzgado esta mañana en la Audiencia por el derribo de la Casa Carnicero. El Fiscal pide para él y para el arquitecto técnico un año y tres meses de prisión, con inhabilitación especial para el ejercicio del cargo por 12 años y una multa de 27.000 euros, por un presunto delito contra el Patrimonio. "Tomé las medidas que tenía que tomar para evitar muertes, para que no pasase como en la Dana" ha declarado García Seoane ante el tribunal. Ha justificado su decisión de demoler "una ruina, no una casa" ante el peligro inminente de que cayese sobre los viandantes.

El Ministerio público considera que cualquier intervención requería autorización de la Xunta al ser un Bien de Interés Cultural y que el Concello actuó sin ella. Entiende que el Concello infringió "de forma flagrante" la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia y el Plan Xeral de Ordenación Municipal. El arquitecto técnico municipal, José Luis Jares, también está acusado. La Casa Carnicero fue demolida el 31 de diciembre de 2020.

El alcalde de Oleiros alega que la Casa Carnicero era un patrimonio catalogado, no un BIC como mantiene la Fiscal y que, por tanto, no necesitaba de la autorización de la Xunta para proceder al derribo, sino obligación de comunicárselo. En este punto ha afirmado que comunicó su resolución a la Consellería y que al no obtener respuesta a las 24 horas procedió al derribo de la estructura del inmueble que quedaba en pie y "porque corría un inminente peligro para las personas.

La Casa Carnicero, ubicada en la acera de la N-VI, sufrió un incendio en julio de 2020 y el Concello requirió entonces a los propietarios que tomase medidas ante el estado del edificio. El 28 de diciembre de aquel año cayó uno de los elementos arquitectónicos y el día 30 comunicó a la Xunta su decisión de demolición ante la sucesión de temporales de esos días con el riesgo que ello suponía, ha subrayado.

García Seoane ha añadido que no actuó antes porque el Ayuntamiento no podía entrar y apuntalar la fachada al tratarse de una propiedad privada. "Estaba a 80 centímetros de la Nacional 6, por lo que implicaría cortar un carril" asevera. La Casa Carnicero fue donada por sus propietarios al Concello en diciembre de 2020.

Tirando de ironía, García Seoane ha declarado que muchos "se alegrarían de que se cayese" sin que hiciese nada porque "llevan persiguiéndome un montón de años y lograrían su objetivo".

El Ayuntamiento de Oleiros empezó en 2019 los trámites para hacerse con la Casa Carnicero, un patrimonio catalogado en Perillo, para lo que estaba en conversaciones con la familia: "Si de algo puedo presumir en Oleiros, en España, es que soy el alcalde que más patrimonio ha recuperado", ha dicho García Seoane.

No obstante, el inmueble sufrió un incendio en julio de 2020 y el Consistorio requirió a los propietarios, incluso con "amenaza de sanciones" que actuase ante el estado en que quedó.

El 28 de diciembre de ese año cayó uno de los elementos arquitectónicos y el día 30 a las 14:40 horas se comunicó a la Xunta que procedería al derribo en 24 horas, lo que la Fiscalía cree que hizo para aprovechar el cierre administrativo hasta el 2 de enero.

"Para que no pase lo de la dana, la ley dice que cuando un alcalde ve un peligro inminente para los ciudadanos, puede tomar medidas y es lo que yo hice, con una ruina, no con una casa", ha continuado el regidor.

García Seoane ha asegurado que no actuó antes porque era una propiedad privada y que no era posible apuntalar la fachada, pues está "a ochenta centímetros" de la carretera nacional 6, por lo que implicaría cortar un carril.

"Tomé la medida que tenía que tomar porque había que evitar cualquier muerte, cualquier accidente", ha añadido.

Ha defendido que era "una ruina y un peligro inminente para las personas" y ha ironizado con que "se alegrarían algunos de que se cayese" sin que hiciese nada: "Llevan persiguiéndome un montón de años y lograrían su objetivo", ha concluido.

El arquitecto defiende el "riesgo real"

El arquitecto técnico del Ayuntamiento ha detallado que actuó ante una orden del alcalde que "declara una obra de emergencia de demolición de los restos que quedaban en pie de lo que se denominaba Casa Carnicero por los graves riesgos para la seguridad ciudadana".

Una vez en el punto, vio que "había un riesgo real", puesto que "los muros presentaban una altísima inestabilidad" y, sobre la posibilidad de realizar alguna actuación para mantener el edificio en pie, ha opinado que "estaría exponiendo a un riesgo que podría llegar a ser mortal" a los operarios.

Según él, no tuvo "tiempo material para hacer ningún plano" y ante el requerimiento de la Policía Autonómica de parar la demolición porque era "ilegal", ha dicho que no se lo demostraron documentalmente y que, por tanto, continuó por el riesgo de pararla y que posteriormente hubiese algún accidente.