Ciudades más caras y con menos gente: Galicia, ante un futuro urbano insostenible

A Coruña

Economía Digital Galicia ha presentado la tercera edición del Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, un estudio coordinado por Xosé Gabriel Vázquez que analiza el estado y evolución de las áreas metropolitanas de la comunidad. El informe identifica tres retos prioritarios: el envejecimiento de la población, el acceso a la vivienda y la elevada dependencia del coche privado.

Un diagnóstico profundo de las áreas urbanas gallegas

El Atlas Urbano no solo se centra en las siete principales ciudades gallegas (A Coruña, Vigo, Santiago, Lugo, Ourense, Pontevedra y Ferrol), sino también en sus entornos funcionales: municipios que mantienen relaciones económicas y de movilidad con los núcleos urbanos.

Este trabajo analiza siete dimensiones clave: movilidad, demografía, sostenibilidad ambiental, vivienda, economía y empleo, innovación y tecnología, y turismo. En base a decenas de indicadores, el equipo coordinado por Vázquez establece un mapa comparativo de fortalezas y debilidades urbanas.

Envejecimiento: el gran reto demográfico

El informe advierte de una pérdida progresiva de población en todas las áreas urbanas gallegas, con una clara tendencia al envejecimiento. Según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), para el año 2028 se prevé un descenso poblacional en todas las ciudades, incluso en aquellas que aún mantienen cierta atracción migratoria, como Vigo o A Coruña.

“Sin personas no hay ciudad”, subraya Vázquez, recordando que el dinamismo urbano depende de una base demográfica activa. Esta situación demográfica impacta directamente en la sostenibilidad social y económica del territorio.

Vivienda: precios al alza con menos población

Uno de los hallazgos más paradójicos del Atlas es que, a pesar de que se reduce la población, el acceso a la vivienda se vuelve cada vez más complicado. Los precios de compra y alquiler se han tensionado especialmente en ciudades como Vigo, A Coruña y Santiago, impulsados también por el auge del alquiler turístico.

Este fenómeno provoca procesos de suburbanización, en los que municipios limítrofes absorben la demanda que no puede acceder a los centros urbanos. La combinación de menos población, precios crecientes y escasa disponibilidad de vivienda representa un “cóctel explosivo”, en palabras de Vázquez, para el futuro del desarrollo urbano.

Movilidad: una dependencia estructural del coche

El Atlas también constata la fuerte dependencia del vehículo privado en todas las áreas urbanas de Galicia, a pesar de las políticas públicas que durante años han apostado por el transporte colectivo.

“La red de transporte público metropolitano sigue sin cubrir adecuadamente la realidad de las interacciones diarias”, señala el coordinador del estudio. Esta situación incrementa las emisiones contaminantes, repercute en la salud y en los costes del sistema sanitario, y dificulta avanzar hacia estándares europeos de sostenibilidad ambiental.

Aunque hay avances —como las peatonalizaciones en Pontevedra o las restricciones al tráfico en Santiago— Galicia aún no alcanza los niveles deseados en cuanto a calidad del aire y movilidad sostenible.

Desigualdad y brechas territoriales

El Atlas también pone el foco en la desigualdad económica, medida mediante el índice de Gini, que se sitúa por encima de 30 en todas las áreas analizadas. Esto indica una distribución desigual de la renta que puede lastrar el desarrollo y la cohesión social.

En cuanto al balance final del estudio, solo Santiago, A Coruña y Vigo presentan resultados relativamente positivos, aunque ninguna ciudad alcanza niveles óptimos. Por el contrario, Ferrol, Lugo y Ourense se sitúan en la parte baja del ranking, arrastradas por debilidades estructurales en empleo, innovación o movilidad.

Un instrumento para la reflexión y la acción

Esta tercera edición del Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia busca ser una herramienta útil para las administraciones públicas, investigadores y ciudadanía. Su objetivo es claro: fomentar decisiones basadas en datos y favorecer un modelo de desarrollo urbano más sostenible, justo y resiliente.

“Hay que crear un caldo de cultivo que fomente la llegada de población joven, la igualdad económica y la movilidad sostenible. Sin eso, el futuro de nuestras ciudades está en entredicho”, concluye Xosé Gabriel Vázquez.