Alcaldesa por un día: 12 horas con Miguel Fernández

Hay que tener cuidado con lo que se pide. A veces, los deseos se hacen realidad. Y si no que se lo digan a Sara Meijide. La jefa de contenidos de Radio Lugo recoge el guante de Miguel Fernández lanzado en los micrófonos de Hoy por Hoy Lugo y vive un día como alcaldesa.

Libreta en mano, el día comienza a las ocho de la mañana. Con un café exprés, Miguel pone en situación a la alcaldesa por un día y le hace el siguiente planteamiento: "Si al final del día sigues pensando lo mismo, lo negociamos".

Tras unas intensas horas de reuniones con el equipo de comunicación, gabinete, jefes de servicio... toca salir a estar "a pé de veciño". Revisar las obras del centro, pulir detalles y "arreglar de forma inmediata los desperfectos" que se hayan producido, todavía en tiempo de garantía.

Sin apenas margen, rumbo hacia las parroquias del rural. "Esta cuadrilla, que son poquitos, trabajan muy bien. En menos de 24 horas tienen arreglado todo lo que pueda pasar", comenta el alcalde sobre una de las brigadas del ayuntamiento de Lugo que se encarga de las gestión y reparación de las averías en la electricidad y alumbrado municipal.

De Esperante al Municipal. Con la concelleira Ana Abelleira de conductora la aventura continúa con la presentación de la Golden League. Fernández repasa el discurso que va a dar, más bien los puntos claves del mismo, mientras atiende al teléfono. No para de sonar. Nunca.

Antes de comer parada en el concello de nuevo. Revisar unos documentos que firmar, alguna reunión más y dirección al bar. Pero no por ocio. Toca brindar por el Día Internacional de la Tapa. "En Lugo escojas la que escojas siempre están buenísimas", dice Fernández.

"Miguel, ¿entre tapas aquí tapa allá...dónde comes habitualmente?", pregunta Meijide. "Dónde se puede", responde entre risas el regidor.

Visita antes de comer al bar Manolo, bromas con Eduardo, saludo a vecinos y escucha de peticiones mientras toma nota. A uno no se le puede escapar detalle alguno.

Y entre llamada y llamada de trabajo, el teléfono recibe una ineludible: retan al alcalde a un tute. Con los de siempre, en el Fonte do Rei, una partida a 10 y con la lengua fuera, volver al coche porque toca ir a ver a los vecinos del barrio de A Ponte.

"Me llamaron esta semana. Parece ser que se secaron varias fuentes y los vecinos las quieren recuperar. Vamos a hacer lo posible al menos para recuperar algunas", informa Fernández.

Ya son las ocho de la tarde. En un abrir y cerrar de ojos ya han pasados doce horas. Sara Meijide se lo ha pasado como una enana cumpliendo un sueño, pero lo tiene claro: "Este ritmo es mucho. Mucho más de lo que se cree desde fuera".