20 años del matrimonio igualitario: la historia del primer enlace en A Coruña
José Luis Quintela, protagonista del primer matrimonio igualitario en A Coruña: “Queríamos que el Estado reconociera lo que ya teníamos: amor y proyecto de vida”

José Luis Quintela, protagonista del primer matrimonio entre personas del mismo sexo en A Coruña
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A Coruña
Corría el año 2005. En el Ayuntamiento de A Coruña no había fechas libres en el salón de plenos y los protagonistas no quisieron esperar. José Luis Quintela, funcionario municipal y activista LGTBIQ+, y su pareja Marcos formalizaron su relación en una pequeña sala de la alcaldía, en una ceremonia oficiada por la entonces concejala Mar Barcón. “Por primera vez el Estado reconocía lo que nosotros ya teníamos: amor, proyecto de vida, compromiso”, recuerda José Luis, dos décadas después.
Pero no todo era ilusión. “También había mucho temor —explica— porque pendía la amenaza de un recurso que pudiera suspender la ley cautelarmente. Por eso quisimos casarnos cuanto antes, para que no nos arrebatasen ese derecho ya conquistado”.
Derechos conquistados… y vigilados
En estos 20 años, el matrimonio igualitario ha abierto la puerta a muchos otros derechos: heredar, adoptar, compartir pensión, decidir en un hospital… “La ley fue hecha de forma muy inteligente. Con solo ampliar el concepto de matrimonio como contrato civil, se activó todo el corpus jurídico y se reconocieron todos los derechos automáticamente. Eso nos convirtió en ciudadanos de primera”, afirma Quintela.
Sin embargo, el activista advierte: “No podemos dar nada por sentado”. La consolidación legal de los derechos no evita que ciertos discursos pongan en duda su legitimidad. “Los derechos humanos no son opinables. Igual que no se puede opinar que una mujer vale menos que un hombre, tampoco se puede relativizar la igualdad de una pareja homosexual”.
Luces y sombras: ¿cuánto ha cambiado la sociedad?
Cuando se le pregunta por los cambios sociales en estas dos décadas, José Luis se muestra prudente. “Muchas cosas se han normalizado. Hoy explicas que tu marido está ingresado o das una charla en un instituto y no pasa nada. Pero también ves agresiones, discursos de odio, revisionismo histórico… Es una de cal y otra de arena”.
En el ámbito educativo, donde ahora colabora impartiendo charlas, reconoce avances pero también retos: “Muchos jóvenes están bien formados y hay profesorado implicado. Pero también te encuentras alumnos que te hablan de Franco o Hitler como si fueran héroes, porque siguen a cuatro youtubers descerebrados”.
La importancia de la educación y el activismo
Quintela defiende el papel fundamental de la educación en la construcción de una sociedad más igualitaria. “La escuela tiene la capacidad de cambiar el mundo. Cuando una persona entiende que los derechos de los demás no le restan nada, sino que solo suman, ya está todo ganado”.
También reclama el valor del activismo, incluso cuando los derechos parecen consolidados: “No se puede bajar la guardia. Hay que seguir defendiendo lo que tanto costó lograr”.
Vivir con libertad en el rural gallego
Aunque muchos buscan refugio en la gran ciudad, José Luis vive actualmente en una aldea gallega, y lo hace con total normalidad. “Nunca hemos tenido ningún problema. Hay muchas realidades positivas también en el mundo rural. A veces sorprende más la comprensión que encuentras ahí que en ciertos entornos urbanos”.
Un recuerdo imborrable… y una esperanza de futuro
La boda de José Luis y Marcos coincidió, además, con la de Pedro Zerolo, uno de los grandes impulsores de esta ley, fallecido en 2015. “No lo conocíamos personalmente, pero fue uno de los grandes artífices de todo esto”, recuerda emocionado.
Con la vista puesta en el futuro, Quintela lanza un mensaje claro: “Tenemos que preparar la sociedad para que nadie tenga dudas sobre estos derechos. No por nosotros, sino por quienes vienen detrás”.




