David Tojeiro, el emprendedor precoz que moderniza los talleres rurales

Ferrol

Tiene 25 años, supo muy pronto que quería ser ingeniero y su incipiente carrera profesional ya ha merecido reconocimientos, como el premio a la mejor iniciativa emprendedora de AJE Ferrolterra, la Asociación de Jóvenes Empresarios de la comarca ferrolana.

David Tojeiro, natural del municipio de Cedeira, se lanzó a la aventura con su propia iniciativa, DT Autopro, en la vecina Ortigueira, pero su proyecto, que busca un nuevo modelo de taller de mecanizado rápido y neumáticos, nació con vocación de expansión, aunque no necesariamente a grandes núcleos urbanos.

Admite que el galardón "se notó bastante" y enmarca detalles aparentemente menores, como su logotipo, en el objetivo de "llamar la atención, en la marca personal se hace mucho".

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"Las cosas van bastante bien, aunque siempre haya alguna traba por el medio; la temporada de todo emprendedor, por lo menos al principio, es bastante dura, pero al final aprendes mucho", sostiene Tojeiro, que quiere sacar lo "positivo de las cosas, de los errores, de aquellas cosas que igual nos cuestan un poco más o que nos hunden".

A su juicio, cualquier joven empresario "pasa por un valle, que puede desesperar, pero vuelve otra vez para arriba y para abajo", una travesía "constante" en la que su intención es empaparse en lo formativo para que su idea progrese, aunque bromea diciendo que quizá se esté "convirtiendo en un sabio de todo, pero experto en nada".

Comenta que DT Autopro no es un simple taller, sino que aspira a un concepto más amplio, con el cual quiere aportar un grano de arena para modernizar un sector que necesita adaptarse a nuevos tiempos: "Está planteado desde un sentido rural, en zonas rurales está todo un poco más arcaico; quizá la visión que tiene la gente es diferente".

David Tojeiro pretende brindar al cliente un modelo que incluso "en las ciudades tampoco lo hay, pero partiendo de esa premisa, de un inicio en lo rural", la misma esencia de gran parte del mapa de Galicia.

"Si voy abriendo más talleres, me gustaría que tuviesen ese concepto de lo rural; no abrir en grandes ciudades, lo bonito es que sea en lo rural", asevera el cedeirés, que ya baraja ubicaciones para expandir su proyecto en la propia zona de Ferrolterra.

Sostiene que no son "lo mismo los clientes que tienes en el rural que en una gran ciudad", en la que hay una mayor bolsa de posibles clientes, pero la idea la tiene tan clara que ya peina las opciones de que el proyecto vaya a más con el apoyo de su propio padre.

Su primera sede en Ortigueira nació en pleno "relevo generacional" en el sector, ya que el taller era uno de tantos "negocios locales que están quedando completamente vacíos", una realidad teñida de incertidumbre en la que Tojeiro vio una gran oportunidad".

"Si antes hubo negocio, ¿por qué no puede haberlo ahora también? Igual hay que darle un lavado de cara, adaptarte un poco, pero, si no funciona, a montarlo en otro sitio, que tampoco pasa nada", manifiesta el emprendedor, que cita puntos imprescindibles para conseguir sus fines.

Entre ellos, saber rodearse de "gente mejor que tú y tocar muchos palos", pero también hacer frente a la "dificultad" de saber liderar un proyecto con tan solo 25 años cuando él trabaja "con gente que me duplica la edad; es muy complicado que tengan tu visión, que te entiendan".

Hay más problemas, como encontrar operarios cualificados, otro de los desafíos para David Tojeiro, que ya de niño quería ser ingeniero: "Era de los pocos que lo tenía ya muy claro; era muy malo en algunas asignaturas relacionadas con la ingeniería, pero otras me flipaban, como dibujo técnico".

Ahora experimenta lo decisivo que es "saber formar un buen equipo, gente que tú percibas que es mejor que tú en aquello que va a realizar", mientras que él asume la "parte más de gestión, publicidad, redes sociales, comunicación, toma de decisiones y alguna otra cosa más".

Puso en marcha la página web de DT Autopro y, pese a su edad, reconoce que en la empresa son "muy activos en Facebook" porque una parte sustancial de su clientela no baja de los 40 años, otro ejemplo de cómo le toca adaptarse "una vez más" para que su sueño sea, con el paso del tiempo, una realidad cada vez más tangible.