A Coruña deberá medir el gas radón en los puestos de trabajo
Prácticamente la totalidad de ayuntamientos de la provincia cuentan con un alto nivel de exposición, según el director del Laboratorio de Radón de Galicia, Alberto Ruano
Alberto Ruano, director del Laboratorio de Radón de Galicia
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A Coruña
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha aprobado oficialmente el listado de ayuntamientos en los que será obligatorio medir la concentración de gas radón en los centros de trabajo. En Galicia, 280 de los 313 municipios han sido clasificados como zona 2, lo que implica una actuación prioritaria debido al riesgo elevado de exposición. En la provincia de A Coruña, prácticamente todos los ayuntamientos están incluidos en este listado.
El director del Laboratorio de Radón de Galicia, Alberto Ruano, ha explicado en Hoy por Hoy Las Rías, que obliga a los empleadores a medir la exposición al radón en los puestos de trabajo situados en municipios de alto riesgo. La campaña de medición debe realizarse entre el 1 de octubre y el 31 de mayo, y afecta especialmente a puestos de trabajo situados en planta baja o bajo rasante.
“En estos lugares hay que colocar detectores de radón y elaborar el correspondiente informe”, señala Ruano.
El verdadero riesgo está en las viviendas
Aunque la obligación se refiere a centros de trabajo, Ruano insiste en que el mayor riesgo para la salud está en los hogares, ya que es donde pasamos más tiempo. “Una misma concentración de radón en una vivienda implica hasta tres veces más exposición que en un puesto de trabajo”, explica.
Este riesgo es mayor en viviendas situadas en planta baja o primera planta, especialmente en el ámbito rural. Por el contrario, los pisos más altos en zonas urbanas tienden a tener una concentración menor.
Radón y salud: el vínculo con el cáncer de pulmón
El gas radón está reconocido internacionalmente como la segunda causa de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco. “Existe una relación directa y probabilística: cuanto más radón, mayor probabilidad de desarrollar un cáncer de pulmón a largo plazo”, señala Ruano.
El efecto es acumulativo, y el riesgo se multiplica si la persona también fuma o convive con fumadores. La normativa establece un límite de exposición de 300 bequerelios por metro cúbico. Si se supera este umbral, el empleador está obligado a reducir la concentración mediante soluciones técnicas.
