¿Cómo gestionar el uso de pantallas en verano?

A Coruña

Con la llegada del verano y el fin del curso escolar, se multiplican las horas libres en el día a día de los niños, niñas y adolescentes. Esto suele traducirse en un incremento del uso de dispositivos electrónicos: móviles, tabletas, consolas o televisores. “En verano hay una relajación natural de las normas en casa, y es entonces cuando aparece la tentación de las pantallas”, señala Carmen Iglesias, en Hoy por Hoy A Coruña.

Aunque no todos los menores son igualmente dependientes de estos dispositivos, la psicóloga reconoce que un grupo amplio los reclama con insistencia, especialmente los adolescentes. “Sabemos por estudios recientes que el abuso de pantallas puede generar adicción, sobre todo en adolescentes más vulnerables a la inmediatez de redes sociales y vídeos cortos”, advierte.

Acuerdos claros y por escrito

Para evitar conflictos en septiembre, cuando vuelva la rutina escolar, Iglesias recomienda no dar “barra libre” con las tecnologías durante el verano. “Después cuesta mucho reconducir la situación, y puede generar tensiones, irritabilidad y mucha resistencia”, explica.

Una de sus estrategias favoritas es pactar las normas con antelación y por escrito. Según la experta, lo ideal es que las reglas recojan tanto el tiempo de uso como la calidad del contenido, estableciendo límites como no usar YouTube de lunes a jueves o fijar una hora concreta de pantalla al día.

Sin móvil por la noche

Uno de los puntos clave para un descanso saludable es que el móvil no esté en la habitación por la noche, independientemente de la edad. “Incluso con 16 años, dormir con el móvil es una mala idea”, advierte Iglesias. “Los padres tenemos que dar ejemplo: móviles fuera de la habitación, y también tiempo diario de desconexión sin pantallas”.

Durante el día, aunque es útil saber dónde están nuestros hijos y con quién, no se debe permitir un uso ilimitado del teléfono. “Niños y adultos somos igual de vulnerables a la adicción digital, por eso es importante establecer momentos sin dispositivo en la mano”, insiste.

Alternativas saludables y divertidas

Pero no basta con prohibir: es fundamental ofrecer alternativas reales y atractivas. “Con el buen tiempo, las opciones se multiplican”, recuerda Iglesias. “Ir al parque, jugar al fútbol, a las palas en la playa, bañarse en la piscina, montar en bici o patinete... En verano los niños están más en la calle y es más fácil que se entretengan sin necesidad de pantallas”, señala.

“Tienen que aprender a aburrirse. El aburrimiento estimula la creatividad y les enseña a gestionar su tiempo de forma autónoma”, sentencia.