Protección solar sin mitos: lo que la ciencia dice sobre las cremas
¿Crees que tu piel se acostumbra al sol? ¿Que el bronceado es saludable? Descubre cómo proteger correctamente tu piel este verano

Protección solar sin mitos: lo que la ciencia dice sobre las cremas
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Lugo
Una semana más la investigadora lucense Cintia Folgueira nos acerca la ciencia a todos los públicos para aprender sobre cuestiones tan importantes como la protección solar.
Así afecta la radiación a tu piel
Los rayos de sol atraviesan los cristales y la ropa. ¿Cómo no iban a ser capaces de atravesar nuestra piel? Además, no todos los rayos solares son iguales. Cintia nos explica que podemos diferenciar los ya conocidos rayos UVA, que llegan a las capas más profundas de la piel y provocan envejecimiento, de los rayos UVB, que son los que provocan las quemaduras y dañan nuestras células.
Eso sí, ambos tipos de rayos tienen algo en común: los dos pueden causarnos cáncer de piel.
¿Estás seguro de que usas correctamente la crema solar?
Hay varias cosas que tenemos que tener en cuenta a la hora de utilizar protector solar. El primer paso está en la elección de la crema: debemos buscar aquellas que sean de amplio espectro para cubrir los dos tipos de radiación. Otra cuestión importante recae en cada cuánto tiempo debemos aplicar la protección y Cintia quiere que quede claro: con una vez no es suficiente. Lo correcto es aplicarse crema solar cada dos horas. En cuanto a la cantidad de producto recomendada también tenemos respuesta: 30 mililitros, lo equivalente a un vaso de chupito, para cubrir todo el cuerpo.
Un truco para no quedarse cortos con la crema es el de los dos dedos: la cantidad que cubre el índice y el corazón es la cantidad que necesita cada parte de tu cuerpo para estar correctamente protegida.
En cuanto al factor de protección es importante tener claro que cuanto más alto sea, más durará la protección. Por lo que, ante un SPF más bajo tendremos que renovar la aplicación con más frecuencia.
Últimamente se han puesto muy de moda las cremas en spray por su rapidez a la hora de aplicarlas, pero su protección no será tan eficaz si no dedicamos unos minutos a extenderla sobre nuestra piel. Y mucho cuidado con reutilizar las cremas del verano pasado porque la crema solar también caduca y pierde eficacia.
El autodiagnóstico puede salvarte la vida
Los dermatólogos insisten en que la exposición al sol sin protección es un problema que puede acabar en otro más grave: el melanoma. Un tipo de cáncer muy agresivo que puede aparecer incluso en zonas que no han sido expuestas al sol, por eso es tan importante comprobar si tenemos lunares nuevos, si cambian de forma o de color y consultar cuanto antes con nuestro médico.
El callo solar no existe: es daño celular acumulado
Exponerse al sol poco a poco sin protección para que la piel se acostumbre es un mito sin ningún tipo de respaldo científico. No existe una exposición sana a los rayos solares y la radiación se acumula en las células causando quemaduras, envejecimiento o alergias.
El bronceado que tanto nos gusta lucir en verano no es más que una señal del daño en las células, que tratan de defenderse ante una quemadura. Además, este es un daño acumulativo y silencioso que a la larga puede crear problemas dermatológicos.
¿El sol es bueno para los granos?
Cintia nos confirma que esta afirmación es una verdad a medias ya que, efectivamente, el sol puede secar la piel y hacer que disminuyan estas erupciones a corto plazo. Después puede producirse un efecto rebote causado por el calor y el sudor.
Además hay que prestar especial atención si estamos bajo algún tratamiento para el acné porque en muchas ocasiones estos productos contienen elementos fotosensibles que pueden llegar a provocar quemaduras químicas si nos exponemos al sol sin protección.
Vitamina D, siempre con protección
En los últimos años ha aumentado bastante el consumo de suplementos de vitamina D, que siempre debe estar supervisado por profesionales y bajo prescripción médica. En sitios como Galicia sí que puede llegar a ser necesario, por las poca exposición solar, pero no debemos olvidar que hay alimentos ricos en esta vitamina como los huevos o pescados como la sardina, el salmón y el atún.
La vitamina D, que fortalece los huesos y el sistema inmune, se sintetiza en nuestro cuerpo gracias al sol. Pero no es necesaria una exposición prolongada: con 10 o 15 minutos de exposición indirecta, fuera del horario central de horas de sol y siempre con protección, es más que suficiente.
Este verano no ahorres en crema solar y protege tu piel con sentido y conocimiento, no con mitos. Recuerda que tu piel no necesita acostumbrarse al sol, necesita que la cuides.




