Barrio de las Flores: la joya arquitectónica de A Coruña que nació como vivienda barata
En Hoy por Hoy A Coruña, Leila Fernández, visita los barrios de la ciudad para conocer más sobre ellos

De paseo por Coruña: Barrio de las Flores
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A Coruña
El Barrio de las Flores es mucho más que una zona residencial en A Coruña: es un ejemplo vivo de arquitectura moderna, innovación urbanística y vida vecinal. Nació en los años 60 como un proyecto de vivienda funcional y asequible, y hoy es una joya arquitectónica reconocida incluso fuera de Galicia. Para conocer su historia y sus secretos, hablamos con la arquitecta Nuria Prieto, gran conocedora del barrio y de sus edificios.
Un barrio con historia: de las huertas a la vanguardia urbana
Sentadas frente a la iglesia del barrio, Nuria nos sitúa en el contexto histórico: “El Barrio de las Flores nace a partir de un plan de ordenación municipal muy innovador. Lo firman Corrales, Molezún y Pagoda, y está considerado el plan más importante de A Coruña en las últimas décadas”.
En los años 60, con la apertura de la Avenida Alfonso Molina (entonces Avenida La Vedra), muchas personas fueron reubicadas desde la zona de San Pedro de Mezonzo a estos terrenos de antiguas huertas, donde también estaba la granja experimental. “Era una zona muy desorganizada”, apunta Nuria, “y se optó por seguir modelos como el barrio de Belviche en Barcelona, impulsados por la Obra Sindical del Hogar”.
Una arquitectura pensada al milímetro
Desde su concepción, el Barrio de las Flores fue un laboratorio de ideas urbanísticas y arquitectónicas. “El trazado diagonal del barrio responde a una razón muy práctica: por debajo pasa un oleoducto. No se podía construir sobre él, así que se dejaron espacios verdes que siguen esa línea”, explica la arquitecta.
Las calles con nombres de flores, que inspiraron incluso a Manolo Rivas en su obra El que me quieres amor, buscaban dotar al lugar de una identidad amable y poética.
La iglesia de la Resurrección: un templo moderno y funcional
Uno de los hitos del barrio es la Iglesia de la Resurrección, diseñada por José Antonio Corrales. “Es un icono de la arquitectura moderna. Su gran cruz metálica llama la atención, pero su verdadero valor está en el interior”, explica Nuria.
El diseño responde a los principios del Concilio Vaticano II: planta de cruz griega, espacio asambleario, paneles móviles y una estructura de acero poco común en templos religiosos. “Corrales era innovador, serio y muy riguroso. Este edificio lo demuestra”.
Unidad Vecinal 3: corredores, vida común y cine
Nos movemos hasta la Unidad Vecinal número 3, una de las más reconocibles. “Aquí estamos entre corredores elevados que conectan los bloques. Se han rodado incluso películas, como Salta, por su estética tan singular”, cuenta Nuria.
Este diseño, inspirado en propuestas como los Robin Hood Gardens de Londres, buscaba fomentar la vida vecinal en altura, alejándose de los bloques soviéticos impersonales. “Todo está pensado para convivir: la iglesia, el centro cívico (hoy centro de salud), el pabellón deportivo…”.
Tecnología e ingenio en los 60
Aunque hoy algunos elementos han cambiado por necesidad o por falta de protección del patrimonio moderno, el barrio fue en su día pionero en muchas soluciones: orientación solar este-oeste para aprovechar la luz, ventilación cruzada, y ventanas tipo Pearson con doble cristal para favorecer la salubridad.
“La arquitectura moderna no se protegió hasta muy tarde, y muchas ventanas originales se perdieron”, lamenta Nuria. “Aún así, hay algunas torres que las conservan, y también la Roiba, la casa de verano de Vázquez Molezún”.
Un barrio vivo, que vuelve a latir
Hoy, en 2025, el Barrio de las Flores vive una segunda juventud. Nuevas generaciones se instalan en sus viviendas, y el barrio recupera parte de la vitalidad con la que nació. “Corrales decía que era una pena el deterioro que había sufrido, pero si lo viera ahora, seguramente estaría orgulloso”, asegura Nuria.
Una anécdota ilustra ese orgullo: en una foto de la inauguración del barrio en 1967, su mujer posa delante de uno de los bloques. “Estaba orgullosísimo de esta obra”, recuerda.
El valor de saber dónde vivimos
Como concluye Nuria Prieto: “Aquí vive muchísima gente, es uno de los barrios más densamente poblados de A Coruña. Y estoy segura de que muchos vecinos no son conscientes de la joya arquitectónica en la que viven”.
Cerramos con una frase recogida por el arquitecto Albalat en la memoria de la unidad vecinal número 5: “Creemos que se vivirá bien aquí”. Y así parece ser.




