El fuego vuelve a arrasar a Costa da Morte
Los incendios en Camariñas y Ponteceso han quedado estabilizados

A Coruña
Los incendios en Corme Aldea, en Ponteceso, y en Xaviña, en Camañariñas, han quedado estabilizados a última hora de la noche. Siguen activos y los equipos de emergencias permanecen alerta porque sigue habiendo riesgo de que el viento reavive las llamas y de que surjan nuevos focos. En total se han calcinado 110 hectáreas, según la Consellería do Medio Rural.
Las condiciones meteorológicas por el viento y las altas temperaturas siguen siendo adversas para la extinción de las llamas. La Xunta suspendía a última hora de ayer el nivel 2 de emergencia. Ante los indicios de intencionalidad en la mayoría de estos incendios, la subdelegada del Gobierno, María Rivas, ha asegurado hoy que
El incendio de A Graña en Ponteceso ha quedado extinguido, según la Consellería do Medio Rural. De los registrados en la localidad desde el sábado el de Brantuas es el que acumula mayor superficie calcinada: 200 hectáreas. El segundo es de A Graña con 81. En Corme Aldea, donde el fuego cercó casas, se quemaron 60 hectáreas de monte y medio centenar en Camariñas.
As Pontes, parroquia de O Freixo, es otro punto de la provincia de A Coruña en el que se ha registrado otro incendio. Hasta ahora ha quemado 20 hectáreas de monte.
A requerimiento de la Xunta, la UME colaboró en la extinción de los incendios con 150 efectivos y ya se ha desplazado al sur de la provincia de Pontevedra para seguir colaborando en los fuegos de Salceda de Caselasa. El Gobierno central está a disposición del gobierno gallego para lo que necesite, según la subdelegada María Rivas, que ha visitado las zonas afectadas de la Costa da Morte.
El viento del nordés con fuertes rachas impidieron a los medios áreos intervenir durante las primeras horas de la tarde.
"Susto grande" de los vecinos de Corme (A Coruña) ante el avance de las llamas
El avance de las llamas en Corme Aldea y Guxín, en Ponteceso (A Coruña), provocó un "susto grande" a los vecinos que tuvieron que dejar sus casas para instalarse en un lugar seguro.
Uno de los afectados, Diego Pérez, explica que llegó a su casa sobre las dos de la tarde del martes y "ya estaba ardiendo en Guxín", por lo que los vecinos de la zona se coordinaron para ayudar antes de que llegasen las brigadas.
"En el momento no te das cuenta por la adrenalina, pero ya cuando lo piensas ves que el susto fue grande. El fuego se quedó a dos metros de mi casa", ha indicado, a la vez que ha explicado que "afortunadamente" su hija de 4 años y su bebé de ocho meses no estaban en casa en ese momento.
A Antonio, también residente de Corme Aldea, lo evacuaron sobre las seis de la tarde.
Detalla que los servicios de emergencias les recomendaron "cerrar las puertas" e irse, por lo que optaron por instalarse en un piso que tienen en Corme.
Otros prefirieron quedarse en su vivienda, como una vecina que colocó toallas mojadas en las puertas y esperó en su casa en lugar de irse al polideportivo, que se habilitó para las personas evacuadas.
Fue una jornada de ayuda y cooperación, pero también de miedo e incertidumbre.
Los servicios de extinción sigue en la zona tratando de controlar el incendio.




